Domingo 22 de agosto de 2010
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Editorial y opiniones
¿Es o no es verdad?
Grandeza o mezquindad
22 ago 2010
Por: José Gramunt de Moragas, S.J.
El jueves pasado el Sr. Presidente dijo una verdad -corrijo- menos que media verdad. Para excusarse de cualquier responsabilidad en los sucesos de Potosí, afirmó que la culpa la tiene la historia. La sentencia es solemne, aunque incierta. Concedamos que mucho de lo que nos ha legado la historia -y es muchísimo más de lo que somos capaces de reconocer- condiciona la conducta de quienes vivimos en el tiempo que nos ha tocado existir. Lo mejoramos o lo empeoramos nosotros mismos. Muy especialmente quienes influyen en el pensamiento y en la política. Aristóteles y Santo Tomás dejaron una huella imborrable en el pensamiento occidental. Churchill y Stalin cada uno desde su ángulo de visión, señalaron caminos distintos a quienes gobiernan. Pero ninguno de ellos determinó irrevocablemente lo que la historia tenía escrito. Ellos hicieron parte de la historia.
Muchas de las culpas atribuibles a la historia no son destinos fatales, incorregibles. La falta de caminos desde Potosí al pequeño mundo que lo rodea es una herencia de la historia. Vergonzosa en tanto que en nuestros tiempos había dinero, incluso ayuda exterior para trazar una y cien vías de transporte. Y sin embargo, el actual Gobierno hizo menos de lo que se necesitaba para dotar a la Villa Imperial de carreteras modernas. No fue la historia la culpable, fueron los gobernantes, incluyendo a los actuales. A ellos y no a la historia va dirigido el reclamo potosino.