Puede ser cualquier equipo humano o técnico, simplemente si falla en un caso en coordinar sus tareas o en el otro en funcionar correctamente, el asunto cualquiera que sea éste confrontará problemas y la única solución es cambiar a quienes fallan o corregir y reparar el funcionamiento irregular.
Con el caso de Potosí y otros que se han presentado en los últimos días afloró en la población civil, pero de manera particular en algunos movimientos sociales, un marcado descontento por el trabajo que deberían cumplir ciertos ministros que -según dicen- no están inmersos en el cambio que se anunció y que no se dan por falta de voluntad en un equipo que acompaña al mandatario, pero que tal parece no lo apoya plenamente en el servicio hacia la comunidad.
Una de las fallas más notorias fue la falta de alerta para evitar que se desate un conflicto que posteriormente y tras casi 20 días de perjuicio departamental llegó a soluciones que podían haberse dado, en el peor de los casos, a las 48 horas de iniciado el problema.
Nada espectacular en materia de estrategia política en el caso potosino salvo la abierta intencionalidad de liquidar a otro oponente, en este caso el alcalde electo por mayoría de votos, pero contestatario a la política oficialista.
Hay problemas en sectores campesinos y son los dirigentes de esos sectores que interpretando el sentimiento de sus bases han expresado su protesta contra varios ministros a los que culpan de inoperantes y de ser responsables de confrontaciones que pudieron evitarse si se actuaba oportunamente.
En una y otra situación los problemas derivaron en conflictos, pasaron a la confrontación y hasta se produjeron víctimas, el caso Caranavi. En Potosí gracias a Dios no se registraron bajas humanas, pero el daño económico registra millonarias pérdidas lo que significará un lamentable perjuicio para un departamento que debe rehacer su sistema productivo para recuperar lo que significa seguridad y garantía, caso del turismo y de las inversiones mineras.
Ministros de marcada soberbia se sienten más seguros cuando el Primer Mandatario reacciona ante los reclamos de sus propios dirigentes campesinos, señalándoles que no se “entrometan en sus atribuciones”, lo que por supuesto desató la ira de quienes recuerdan una frase del Presidente Morales, cuando afirmó “gobernaré obedeciendo”, lo que ahora no se cumple.
El equipo ministerial acusa fallas y eso es muy claro, salvo para quienes no desean reconocer que la mayoría de los problemas que se confrontaron en nuestro país son resultado de tardías reacciones, de imprevisiones y de una marcada soberbia de los responsables de buscar diálogo y no confrontación.
Lo que está claro es que evidentemente, el Primer Mandatario tiene la atribución de designar a sus directos colaboradores y eso no está en entredicho, pero lo que plantean y exigen los movimientos sociales es que justamente con tales atribuciones se mejore el equipo de gobierno para que su juego sea de avance positivo hacia metas de beneficio común y no sólo de alcance político partidario.
Fuente: LA PATRIA
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