Domingo 15 de agosto de 2010
ver hoy
Editorial y opiniones
¿Por dónde van los caminantes que no pasan por la puerta de Cobija?
15 ago 2010
Por: Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Centellean, relampaguean los flashes, ya en el ocaso ya en el alba, cuando el sol encandila y no existe sombra, en cualquier hora desde el quicio de la puerta de Cobija, se llevan un pedazo del cerro, un cuadro de su figura cansada.
Desde Cantumarca, pueblo de indios y primeras batallas, sube el camino terroso que llega a la puerta con baldosas de piedra, por los contornos del cerro reptan casuchas miserables, lavan su cara en la medida que llegan a las puerta de Cobija.
Allí desde la puerta, hacia abajo un pueblo de indios, arriba de los blancos, el camino desde Cantumarca, no da rodeos apenas remansos de iglesias de indios. Desde la puerta de Cobija entraban las procesiones, desde allí colocaban baldosas de plata, en andas hasta las iglesias recorrían los santos y las cruces, custodios con espadas fulgían a la vista.
Ayer la puerta dividía dos mundos, el nuevo que vomita sangre y el viejo que revive en sangre de plata. Hoy las puertas son múltiples no se ven, no se tocan pero dividen, fronteras dentro y fuera de la ciudad, en las calles, en cualquier parte, fronteras y límites entre hermanos, pero el nuevo mundo sigue vomitando sangre. Siglo XXI ha bordado otros caminos que no pasan por la puerta de Cobija, existen otras puertas que dividen. La puerta de Cobija seguramente que debe seguir y los flashes que estallan también.