Comparto con ustedes una reflexiones que hice con motivo del “Día de la amistad” para un grupo de amigas.
La amistad es un don divino, es la expresión del amor universal. La base de la Amistad está en la mutua aceptación, que viene de la afinidad vibratoria ya que con el amigo te sientes cómodo, eres franco, sincero y abierto. Ante el amigo desnudas el alma y el amigo no te juzga, te acepta tal cual eres.
La esencia de la amistad está en el compartir y con el amigo compartes, no sólo lo material, con el amigo compartes el alma.
El Divino Maestro nos enseñó la esencia del compartir, en la última cena. Cuando comparte el pan simbolizando su cuerpo y el vino simbolizando su sangre. Enseñándonos así, que uno da la vida por sus amigos.
También se cuenta que Jesús lloró cuando supo de la muerte de su querido amigo Lázaro, pero luego le devolvió la vida.
Nosotros no podemos revivir materialmente a los amigos, pero los revivimos en el recuerdo, de esa manera el amigo nunca muere, porque vive en el corazón y en el recuerdo de sus amigos.
Para mí también los amigos son la familia que uno elige, porque a veces uno no elige a sus parientes, (por lo menos no conscientemente). Pero con los amigos es diferente.
Tal vez pensando en esto se inspiró el cantante Roberto Carlos que dice: “Tu eres realmente mi amigo, mi hermano del alma”. Hermano del alma... que bella expresión.
“Que en todo momento estás siempre conmigo” El amigo está como decimos, en las buenas y en las malas (“tú eres el más cierto en horas inciertas”) verdaderamente con el amigo uno puede contar.
La amistad, como el amor, es una bella flor que uno cultiva, en el alma entregándose incondicionalmente. Prestando oído atento cuando es necesario. Poniendo el hombro cuando se requiere, tendiendo la mano y dando un apoyo, siempre. Sirviendo de enfermeros algunas veces, para ayudar a curar las heridas del amigo, en otras ocasiones el amigo es tu psicólogo, y tu paño de lágrimas, ayudándote a sanar las heridas del alma.
En todo momento el amigo es un espejo a través del cual uno se mira a sí mismo y aprende a conocerse.
El amigo es un alma compañera que Dios nos manda para hacer nuestra vida más llevadera.
Finalmente yo creo que la amistad es un delicado tesoro del alma. Por algo las sagradas escrituras nos aconsejan “No te hagas tesoros en la tierra, donde el moho y el orín corrompen, sino haz tus tesoros en el cielo” Esa Perla Preciosa, ese Tesoro del Cielo es la amistad.
Con el cariño de siempre:
La Hija.
Fuente: LA PATRIA
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