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Sábado 14 de agosto de 2010

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Revista Tu Espacio

RINCONES DE MI TIERRA

Edificio de la aduana nacional, el rincón que se sumió en ceniza

14 ago 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Maurice Cazorla Murillo – exclusivo para Tu espacio

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Hace pocos días, de manera irresponsable porque no se puede calificar de otra manera, se provocó un incendio que destruyó un edificio de mucha historia para nuestra ciudad, en particular aquella poco profundizada sobre la economía regional.

No se tienen registros de este edificio, pero se apela a algunas fuentes de principios de siglo que de alguna manera han registrado algunos aspectos.

Primeramente el mapa de Pedro Aniceto Blanco visualiza las manzanas sobre un reducido y aparente vetusto edificio de la Fortaleza. Contiguo a este, se aprecia que al lado norte comenzaba una nueva manzana, dando lugar a la calle denominada Libertad, actual Avenida Enrique Velasco y Galvarro.

En esta manzana precisamente se levantó en la primera década del siglo veinte el edificio para las oficinas de la Aduana Nacional, cuyo arte propio de aquel tiempo permitió mantener erguido este edificio y sólo un incendio provocado facilitó su destrucción.

Contiguo a éste se encuentra el actual edificio de la Unidad Operativa de Tránsito que fue parte del conjunto de la Aduana Nacional siendo transferida a la institución policial a mediados del siglo veinte.

Es posible que este edificio haya sido levantado mientras el muro norte del edificio de la antigua Fortaleza se mantenía interrumpiendo la calle Libertad incluso en el lado sud, provocando que el antiguo foso se convierta en un hediondo basurero, tal como lo expresara una crónica de “Rincones de Mi Tierra” en el año de 1919. Este pareciera el motivo por el cual se apuró en la demolición de la antigua Fortaleza y abrir la amplia avenida para conectarla al sur. El edificio de la Aduana que debía dar lugar a la prolongación de la calle Adolfo Mier no se consolidó, se unieron las cuadras para construir la estructura de acero con altos techos metálicos para cobijar los amplios depósitos de este recinto.

El asentamiento de comercio informal con casetas incluso en el lado norte del edificio no permite apreciar la albañilería y la construcción, que responde a la época de esplendor de la villa cuando el ferrocarril conectaba con el Pacífico y era necesario de depositar mercaderías en un recinto que reunía condiciones de la época.

Sin embargo, no todo el edificio se perdió, aún se conserva la pesada puerta de ingreso, algunas ventanas de medio punto y los desagües con aplicaciones de formas geométricas casi imperceptibles por el cotidiano transeúnte. Este edificio cuyos muros fueron testigos de la historia económica de la ciudad, se consumió llamas hasta las cenizas, sin embargo dejará de ser otro ámbito olvidado de los Rincones de Mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA
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