Fuerzas Armadas en lucha contra narcos y contrabandistas
09 ago 2010
Por: Jorge Lazzo Valera
La misión encomendada por el Presidente del Estado Plurinacional a las Fuerzas Armadas de la Nación fue categórica y contundente cuando el sábado en Cobija les instruyó aplicar “un profundo cambio del rol histórico de nuestras queridas Fuerzas Armadas (FF.AA.)” porque “tienen que asumir otras responsabilidades, como la de combatir el narcotráfico y el contrabando”.
En discurso pronunciado durante la Parada Militar el presidente Juan Evo Morales, pidió frenar el narcotráfico y luchar contra los ilícitos aduaneros, actividades que tienen una directa relación, porque la droga sirve para el trueque por productos suntuarios, electrodomésticos, línea blanca y hasta ropa usada, que luego es internada al país sin pagar los gravámenes o impuestos aduaneros.
La actitud del primer mandatario quizá fue motivada por la última incautación de 882 kilos de cocaína en una propiedad rural a 160 kilómetros de San Ignacio de Velasco, en Santa Cruz, con lo que se superan las 20 toneladas de droga incautada en la gestión 2010 y fueron detenidas 3.000 personas involucradas en tráfico de estupefacientes.
Con esa cifra superamos el registro de la pasada gestión 2009 que durante todo el año decomisaron 19 toneladas de cocaína y ahoya ya se incautaron 20 toneladas cuando todavía faltan cinco meses para que concluya el año 2010. Estas cifras demuestran un crecimiento del narcotráfico y la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra las drogas ahora será por mandato expreso del presidente Evo Morales.
Esta lucha se ampliará asimismo al contrabando para evitar la internación de mercaderías sin pagar tributos, lo que hará más difícil la tarea de los narcotraficantes y contrabandistas, porque tendrán que vérselas con los efectivos militares de las unidades acantonadas en las regiones fronterizas de Bolivia con Chile, Perú, Brasil y Argentina.
La lucha “sin cuartel” que se generará desde las guarniciones militares o cuarteles de las Fuerzas Armadas de la Nación constituye el mayor reto histórico para los militares, quienes ahora tienen la doble misión de combatir al flagelo del narcotráfico y el contrabando, el primero para la humanidad y el segundo para la economía nacional, puesto que será el propio Capitán General de las FF.AA. Evo Morales, quien vigilará y hará un seguimiento de esa labor que debe arrojar excelentes resultados.
Sin embargo, la lucha contra el narcotráfico podría ser más efectiva si las autoridades del Poder Ejecutivo ejecutan la reducción de las plantaciones de coca, materia prima utilizada para fabricar el alcaloide con gran demanda en Europa, Norteamérica y el Asia hasta donde llega y sirve para realizar el “intercambio comercial” con productos que luego ingresan de contrabando a los países productores de la droga como son Colombia, Perú y Bolivia.
El aumento de la producción de coca necesariamente se refleja en el incremento de la fabricación de cocaína, lo que genera preocupación en los bolivianos, por situaciones de violencia y hasta la narco guerrilla que se tienen en otros países, donde no pudieron aplicar medidas para evitar estos delitos, pese a contar con mayor ayuda para reducir la producción de la droga y la internación de ilícitos aduaneros.
El circuito coca-cocaína-contrabando está vigente y la lucha de las FF.AA. debe ser efectiva, porque nadie puede gozar de protección si comete delitos que deben ser severamente sancionados, más todavía si es el propio Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Juan Evo Morales, quien da la instrucción de combatir el narcotráfico y el contrabando, en una lucha sin cuartel.
Si la lucha resulta efectiva podremos cambiar la imagen internacional que se tiene de la “Bolivia del narcotráfico” y demostrar que el Estado no otorga protección ni tampoco incentiva la producción de coca. Al contrario servirá para hacer cumplir la ley y sancionar a quienes delinquen con la fabricación y comercialización de cocaína, al igual que la venta de una variedad de productos, incluso a menor precio que en el exterior, en principales centros de abasto de las capitales bolivianas.
De esa forma demostraremos la fortaleza de nuestra economía nacional, puesto que el narcotráfico y el contrabando aportan a su sostenimiento, se quiera o no reconocer a nivel oficial. En el caso concreto de Oruro vivimos de tres economías subterráneas: el contrabando, el narcotráfico y el juqueo (robo de minerales) y, está demostrado que los impuestos sólo generan 17 millones de dólares al año, pero para subsistir anualmente necesitamos 33 millones de dólares.
Ahora sólo resta esperar los resultados y logros que pueda tener la institución tutelar de la Patria, con la nueva responsabilidad que deberán asumir para desarrollar una lucha sin cuartel contra el narcotráfico y el contrabando. La misión conlleva una gran tarea porque la lucha será contra los agentes internos y externos para desbaratar las organizaciones delincuenciales que ya tienen puesto su sello internacional en Bolivia.
(*)Periodista
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