Sábado 07 de agosto de 2010

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En el Día Mundial de la Nutrición muchos expertos versan sobre la teoría más extendida que es aquella que defiende la necesidad de comer de todo, otros alabarán las ventajas de la dieta mediterránea, sin embargo pocos se harán eco del peligro que supone para la salud comer mucha carne. Posiblemente porque el poderoso mercado cárnico evita desvelar que consumir demasiado embutido, pescado y carne es un factor de riesgo para muchas enfermedades. La carne es desde el punto de vista de la fisiología dietética un alimento innecesario. Hoy día los expertos ya no dudan de que la alimentación vegetariana ofrezca un suministro óptimo de las necesidades alimentarias, lo que vale para todas las edades. Cómo lo quiere hacer cada uno con su dieta queda a su elección, sin embargo cada uno debería conocer las consecuencias que la mala o buena alimentación, llevan consigo.
La carne ocasiona diabetes porque un elevado suministro de lipoácidos saturados puede llevar a una resistencia a la insulina y favorecer la aparición de enfermedades producidas por el azúcar. La carne ocasiona también obesidad porque los lipoácidos saturados la favorecen y ésta es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, infarto de miocardio, ataques cardíacos y dificultades de riego sanguíneo. Además la carne perjudica a los huesos ya que contiene una mayor cantidad de fósforo que de calcio y esto tiene como consecuencia una mayor eliminación de calcio de los huesos.