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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Hiroshima: donde el hombre pudo más que la muerte - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El viajero que llega a la moderna y poblada ciudad de Hiroshima, en la sureña isla japonesa de Honshu, se queda maravillado de los grandes y suntuosos edificios, hoteles y bien delineadas avenidas por donde transitan miles de automóviles, ómnibus, taxis y motos.
Sin embargo, en medio de esta vorágine deslumbrante el visitante no puede olvidar que se encuentra en la primera ciudad mártir volatizada prácticamente por el afán de Estados Unidos de dominar el mundo.
Este impacto lo recibe cuando visita y recorre el Parque de la Paz, el Museo de las Víctimas y la llama eterna delante del cenotafio negro que inscribe los nombres de las víctimas del genocidio de la Casa Blanca para chantajear al mundo un 6 de de agosto de 1945.
Precisamente, la configuración geográfica de la ciudad, capital de la prefectura homónima, hundida entre grandes lomas y montañas posibilitó al bombardero B-26 Enola Gay entrar por sorpresa desde el mar y lanzar su artefacto mortífero bautizado jocosamente por el Pentágono como Little Boy (pequeño niño).
Así tenemos que en la fatídica mañana del 6 a las 8:15 (hora local) el Enola Gay apareció en el cielo a unos 12 mil metros de altura sobre la ciudad escoltado por otros dos bombarderos B-29 y lanzó su carga, que estalló en el aire encima del Hospital Shima.
La bomba medía tres metros de largo, pesaba cuatro toneladas y almacenaba un simple kilo de uranio-235, que con un costo de dos mil millones de dólares, descendió en paracaídas y explotó a unos 600 metros de altura.
Humo, niebla y negrura (el hongo atómico) flotaron durante más de seis horas sobre los más de 400 mil aterrorizados habitantes, entre ellos ciudadanos chinos, coreanos, malasios e indonesios arrancados de sus países en trabajos forzados.
Ese hongo estuvo antecedido por elevadas temperaturas de un millón de grados centígrados. En tres kilómetros todo se volatizó y de las personas sólo quedó su sombra.
Más de 65 mil edificios, viviendas y hospitales y 70 mil personas se volatilizaron instantáneamente. Había 300 médicos, de los cuales 60 murieron y otros 210 resultaron lesionados. Los puestos asistenciales, y urgencias, así como los 18 hospitales desaparecieron.
Otras 110 mil mujeres, hombres y niños fallecían poco después carbonizados o mutilados. Hiroshima quedaba borrada del mapa.
Los horrores de esa tragedia se explicaron por una joven guía al entonces presidente cubano, Fidel Castro, durante su recorrido a principios de marzo del 2003 por el Museo de las Víctimas, luego que rindió homenaje y depositó una ofrenda floral ante el Monumento dentro del Parque de la Paz.
"Que jamás vuelva a repetirse semejante barbarie", escribió conmovido el líder de la Revolución Cubana en el libro en el cual el visitante expresa su impresión acerca del holocausto.
Poco antes, el estadista cubano durante su encuentro con las principales autoridades pronunció unas sentidas y emotivas palabras de recordación de la tragedia experimentada por Hiroshima, como parte del chantaje nuclear de Estados Unidos al mundo.
En su intervención, el líder cubano recordó cómo el ataque norteamericano se realizó siete días antes de su cumpleaños (13 de agosto) cuando estudiaba en la Universidad de La Habana.
Trazó un paralelo entre los horrores padecidos por Hiroshima y los que estuvo a punto de experimentar el pueblo cubano durante la crisis de los misiles de octubre de 1962, cuando miles de armas nucleares de Estados Unidos amenazaban con desaparecer al Archipiélago caribeño y concluyó que los dos países abogan por la paz.
Añadió que a partir de aquel hecho (ataque a Hiroshima), puede decirse que los conceptos del mundo cambiaron, aunque, aclaró, desgraciadamente lo ocurrido no sirvió de ejemplo, sino para una absurda carrera armamentista de decenas de miles de bombas de todos los tipos.
En este contexto, el líder cubano consideró que todavía la especie humana no ha mostrado su capacidad para auto preservarse y a los período de guerra se suman las enfermedades contra las cuales debemos luchar.
He meditado sobre lo que ocurrió aquel día (6 de agosto) y no quería dejar de visitar esta ciudad y expresar mi sentida solidaridad y mis votos por las víctimas inocentes del 6 y 9 (Nagasaki) de agosto de 1945, afirmó Fidel Castro y aseguró que en Hiroshima el hombre pudo más que la muerte.
(*) Jefe de la Redacción Asia de Prensa Latina y ex corresponsal en China, Corea, Japón, la India y Vietnam.
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