Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 El poder político y sus víctimas propiciatorias - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
En Bolivia comenzaron a rebrotar aquellas inveteradas demandas sociales y exigencias regionales que nunca -en el pasado- merecieron un mínimo de atención. Observamos que en el presente gobierno de los pueblos indígena originario campesino, tampoco se les concede un mínimo de cuidado en el tratamiento de sus planteamientos, precisamente, cuando el país vive un momento de transición en el denominado cambio que se originó tras el derrocamiento de la expresión más contundente del neoliberalismo.
Se hace necesario puntualizar que el momento que vive Bolivia, está altamente politizado y se desenvuelve en un escenario judicializado por el poder central, que no permite una acción más objetiva del sistema democrático y, por lo tanto, el cumplimiento de la oferta electoral del Movimiento Al Socialismo, que debería traducirse en la ejecución de importantes proyectos para el desarrollo nacional, regional, municipal y, si se quiere, provincial. Como gobierno de las llamadas “mayorías nacionales”, no debería producirse esos rebrotes de protesta social, con la misma vehemencia como las que ocurrían antes y en octubre de 2003.
Esta acción social que toma las calles y protesta contra el actual régimen “socializante”, lamentablemente, recibe las mismas respuestas y hasta con las mismas palabras que en el “pasado neoliberal” y, en esencia, no ha cambiado nada y menos aquel “sesgo falaz” a que están acostumbrados los genuinos dirigentes de los movimientos sociales y cívicos de todo el país. Marchas, bloqueos y otras manifestaciones que hoy vemos en calles y caminos, se presenta en regiones donde, aparentemente, el Movimiento al Socialismo (MAS) asienta su mayor poder representativo. Así tenemos, reacciones en las regiones de Potosí, donde el pueblo de Coroma reclama su potestad sobre los yacimientos de caliza y el cumplimiento de las oferta de instalar una fábrica de cemento en esa zona, mientras que en el norte de La Paz, concretamente en Caranavi, se mantiene latente el conflicto que provocó la muerte de dos campesinos y muchos heridos a manos de una escuadra de la Policía Nacional. La demanda de los colonizadores, insiste en el pedido al gobierno, de instalar una planta agro industrial para cítricos.
Oruro se moviliza en defensa de Pisiga y por sus derechos territoriales sobre el apagado volcán Tunupa o Tahua, además de otros planteamientos referidos a su desarrollo. La población de Pisiga se ha convertido en un bastión económico de Bolivia y, el alto flujo comercial que transita por esa región fronteriza con Chile, facilita importantes ingresos a favor de aquel Departamento, al igual que la región norte de Santa Cruz, donde campesinos de Yapacaní, reclaman la pronta instalación de una procesadora de cítricos, toda vez que su producción anual ha sido calculada en, al menos, 8 millones de unidades de naranjas y mandarinas.
Más allá de estas puntualizaciones, existen, asimismo, múltiples demandas sociales inherentes a los trabajadores en general, que van en contra posición de las políticas gubernamentales en materia salarial, seguridad social, jubilación, contra el sistema de capitalización individual que podría extenderse a quienes no trabajan y, por lo tanto, no aportan como corresponde a un estado de derecho.
Esta actitud, tanto del gobierno, como de los demandantes, se caracteriza por una dicotomía procaz, toda vez que no precisa quien se opone a quien, ni establece si es o no favorable al interés colectivo. Lo evidente es que, ambas partes asumen posiciones “enguerrilladas”, “frente a frente”, “hasta las últimas consecuencias”, sin asumir la responsabilidad de emprender un responsable análisis del tema dentro de un proceso de búsqueda de soluciones. La conclusión sale como una consecuencia lógica de su posición ideológica y de la revolución que ambas partes, postularon en el momento de proponer el cambio en Bolivia.
Los indígenas originarios campesinos, por un lado, los trabajadores de todos los sectores sociales, por el otro, y los intelectuales comprometidos, asumen hoy posiciones encontradas con el gobierno, porque no existe esencia en las respuestas anunciadas en tiempos electorales y, por el contrario, muestran su decisión de abandonar el barco, protestando contra la “impostura”, la ”demagogia” y el desmedido crecimiento de la desocupación, la pobreza, la delincuencia y el crimen organizado que genera total inseguridad pública.
Los intelectuales del presente no quieren admitir que “la historia se repite siempre”, pese a los ejemplos claros que lo cotidiano nos muestra. La “aristocracia del presente” suplanta hoy a los “aristócratas del pasado”, en el papel de los “privilegiados tradicionales”, mientras que “demócratas y revolucionarios”, convertidos en la masa del populacho, buscan la forma de encontrar el camino de la construcción nacional.
La norma, aparentemente, no acepta un encuentro que facilite el diálogo y la tolerancia, para solucionar los problemas que, por su persistencia en el tiempo, se hacen inveterados. El pueblo, como es costumbre, se convierte en víctima propiciatoria, generalmente, del poder político que, de hecho, es insensible e insatisfecho.
(*) Periodista
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.