Lamentablemente la vida está llena de sorpresas, la historia nos hace ver que la educación en nuestro país ha sido descuidada para la clase pobre y particularmente para la clase campesina que forman las grandes mayorías nacionales.
Sólo la clase dominante con poder económico accedía a la educación media y superior, en las grandes urbes, al campesino se le consideraba como un ser incapaz de aprender a leer y escribir, excluido y subestimado por los gobiernos de turno.
En nuestro imaginario, representado por imágenes mentales de límites, obstáculos, barreras que provocaron y provocan estancamiento en una verdadera educación para todos, así alcanzar un verdadero desarrollo de actitudes, autonomía, solidaridad, respecto y equilibrio en las relaciones de la sociedad, por lo que es indispensable reorientar nuestra educación.
A hora bien, en el actual modelo educativo, cuando el alumno asiste a clases va a aprender por sí mismo, no a que otro le enseñe, pero a aprender es algo más, que dura toda una vida y va más allá del aula, o sea se aprende en todo el contexto de la sociedad, especialmente en el seno familiar; de ahí la gran responsabilidad que recae al padre de familia de preocuparse en el buen aprendizaje que deben lograr sus hijos.
Conocer cómo funciona el aprendizaje y qué es lo que facilita y lo que dificulta, ayuda a tener un control efectivo sobre el aprendizaje; en este sentido la gran responsabilidad es tarea de todos con planificación y organización de actividades.
Si bien existen modelos que influyen en este proceso de formación y transformación social que no son otras cosas que estancamiento de progreso cualitativo de la sociedad, así por ejemplo hay movimientos sociales en la lucha por la libertad y la democracia aparentemente una acción estrategia; pero que en el fondo esconden con lo tradicional, el individualismo, el egoísmo cerrado y marcado debido a la influencia occidental de la educación.
Para luchar contra la desigualdad de la sociedad, se hace imprescindible educar al individuo y no caer en la globalización de las ideas del con su mismo de la especulación financiera, fortalecer a los pueblos a través de procesos de integración donde primen valores de solidaridad, equidad y la justicia, debe emplearse la educación como instrumento primordial y eficaz para esta desigualdad.
Al ser la educación fundamental para la formación integral del alumno, debe permitir la adquisición y consolidación de capacidades, habilidades y valores desde los más elementales, hasta los más complejos y difíciles, es necesario puntualizar y remarcar ciertos aspectos como: La reflexión, auto reflexión de los centros educativos como formador de nuevas generaciones, que busquen el camino adecuando para seguir teniendo representación de las prácticas de nuestra sociedad.
Los centros educativos y la educación sean verdaderos talleres, laboratorios generadores de valores y del desarrollo de un pensamiento crítico de los estudiantes, y que estos interpreten en la búsqueda de nuevas alternativas en los problemas sociales y que sean parte de los procesos de cambio en nuestra sociedad.
Consolidar el pensamiento crítico integracionista, generando verdaderos conocimientos equitativos que permitan crear un sentimiento comunitario de ayuda mutua, proponiendo, organizando y ejecutando políticas que orienten su formación cualitativa para el presente y el futuro.
(*) Profesor y Licenciado
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