Qué podemos esperar del gobierno, si cada vez que se le ocurre pone en escena una especie de novelones sobre el surgimiento de planes terroristas, alzamiento armado o sedición, en contra del gobierno, como ocurrió algún tempo atrás en el hotel “Las Américas”, con la muerte de súbditos extranjeros, quienes se llevaron la verdad, a la tumba. Parece tratarse de una especie de actitud distractiva a los verdaderos problemas que enfrenta nuestro país en lo social, en lo económico, y hasta en lo político. O para defenestrar a personas que se volvieron incómodas para el gobierno. Otra cosa no puede pensarse por las características en las que fue detenido un súbdito alemán, acusado de tener en su poder “armas de grueso calibre”, con las que hubiera intentado un alzamiento armado.
Felizmente el alemán, ahora detenido en Palmasola, se encuentra con vida; así, se podrán investigar y aclarar los hechos para llegar a la verdad. Sin embargo, lo que no queda claro es cómo un hombre que fue parte del Ministerio de Gobierno, como informante sin ítem, como aclaró un ex viceministro, es ahora acusado de aprestos armados contra el gobierno.
Además, la esposa del súbdito alemán, concejal masista de un municipio cruceño, mostró a la prensa cartas oficiales del Ministerio de Gobierno, firmadas por funcionarios de esa Cartera de Estado, donde expresa: “Comunico a usted que a partir de la fecha debe realizar funciones de asistente personal en el departamento de Santa Cruz del suscrito viceministro de Régimen Interior y Policía para realizar las gestiones pertinentes con relación al relevamiento de información, para la seguridad del Estado, Firmado, Gustavo Torrico Landa”. Entonces, cómo puede entenderse que una persona designada oficialmente, para realizar tareas de informante de un alto funcionario de gobierno, sea acusada de conspiración.
Todo parece estar dirigido a alejar al ex viceministro, que ya fue destituido de su cargo en forma sorpresiva, por estar envuelto en este caso. Torrico, llegó a cuestionar la actitud del fiscal que participó en el allanamiento del ciudadano alemán, sin una orden judicial y defendió al informante detenido indicando que efectivamente las armas incautadas son las utilizadas para la caza y están debidamente registradas. El ex viceministro que parece haber caído en desgracia en la cúpula del MAS, donde fue un cuestionador permanente de quienes reclamaban se respeten las leyes y se observen los pasos judiciales adecuados por parte de los fiscales, ahora tiene una idea diferente al estar, aparentemente, en la acera del frente.
Lo que debe preocuparnos es que, por lo visto, nadie está libre de ser acusado e imputado por afanes conspirativos, como sucedía en regímenes totalitarios como los de Hitler en Alemania o de Stalin en la Unión Soviética. Todo para lograr lo que el señor Vicepresidente manifestó abiertamente: conseguir “el Poder total”.
Es otro capítulo más de esa historia que se repite de tiempo en tiempo, para defenestrar a políticos de la oposición o a algún miembro del partido de gobierno que, por alguna razón, incomoda a la cúpula masista y deja de ser útil a sus propósitos hegemónicos. Las visibles muestras de molestia y resentimiento del ex viceministro, en sus declaraciones a la prensa, muestran ese extremo. Lo que rescatamos es ver que al otrora alto funcionario, se le borró la sonrisa socarrona y las poses de soberbia, al tomar tragos amargos de su propia medicina. Como alguien diría: “El mundo da vueltas”.
Por lo menos…esa es mi opinión.
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