Prevalecen las cifras negativas

En el último tiempo, pese a una serie de intentos forzadamente expuestos en algunos niveles del "poder central", queriendo mostrar cambios sustanciales en materia económica, lo que prevalece es el detalle de cifras negativas que se tornan preocupantes en la medida que no hay soluciones prácticas para combatir la pobreza reinante, para aumentar el número efectivo de fuentes de empleo seguro y disminuir el creciente negocio del contrabando y su secuela inmediata de la práctica laboral informal.

Se han hecho muchos estudios sobre la materia y de no ser por eventuales promociones políticas que confunden a la colectividad, la parte más dura de las cuentas nacionales se observa en el aumento de la deuda externa e interna, en la disminución ostensible de las reservas estratégicas, en el gasto oficial para sostener empresas deficitarias del Estado y en el descontrol del valor real que representa cubrir la canasta familiar.

Hay sectores beneficiados por disposiciones oficiales, es la situación de un gran número de empleados de la administración pública que pese a medidas restrictivas para otros sectores, no afecta el beneficio de cobrar salarios elevados y bonos circunstanciales que se cargan a los gastos generales del Estado que maneja el dinero de todos los bolivianos.

Es importante releer lo que dice nuestra Constitución Política del Estado (CPE) sobre materia laboral, señalando que "Toda persona tiene derecho a un trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación y con una remuneración salarial justa y equitativa, que asegure a bolivianos y bolivianas y sus familias, una existencia digna". ¿Cuánto de ese precepto se cumple en orden de justicia e igualdad?. La respuesta es obvia, sólo una parte de la ciudadanía tiene todos los derechos

El conocimiento de las cifras sobre la materia, recuerdan que nuestro país tiene 11.3 millones de habitantes, de los cuales 3.9 millones son pobres, lo que significa una visión global del 35%, aunque sin establecer claramente sectores altamente vulnerables que en la visión por ejemplo del Cedla se trataría de un 61% de bolivianos en estado de pobreza, lo que implica la negación de derechos humanos, políticas públicas que no solucionan problemas sociales, la vigencia de condiciones adversas al respeto de la democracia y los derechos humanos, por lo mismo al margen de programas de salud, educación y saneamiento básico.

Otros estudios, por ejemplo uno de la Cepal, señala que Bolivia está considerado como uno de los países de la región con elevada tasa de pobreza y pocas posibilidades de superar las condiciones adversas a un crecimiento productivo sostenido, que sea producto de un cambio socio, económico y cultural que permita crear fuentes de empleo seguro, con salarios dignos que impulsen a sectores jóvenes y de nuevos profesionales a permanecer en el país y contribuir a su desarrollo, evitando la migración externa y al mismo tiempo combatiendo las corrientes negativas del contrabando y la economía informal.

El dato sobre la pobreza en el país, engloba las condiciones extremas de un conglomerado que vive en deficientes condiciones de sustento, sin servicios básicos, y con ausencia de planes para salir de ese estado deprimente. El problema comprende también a la pobreza generada por la falta de empleo, de oportunidades para salir adelante con emprendimientos sociales que garanticen y apoyen al Gobierno, asegurando proyectos agropecuarios y ganaderos, mineros e industriales, que hagan posible un cambio para imponer desarrollo y liquidar las cifras negativas que aún marca la pobreza vigente.

Fuente: LA PATRIA