Falleció Félix Aguilar, el último caretero de Paria
30 jul 2010
Fuente: LA PATRIA
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La cultura orureña está de duelo, falleció Félix Freddy Aguilar Quiroga, uno de los mejores careteros del Carnaval de Oruro, con cuyo arte y sabiduría de la escuela de Paria, otorgó una expresión inconfundible a nuestra Diablada. Su partida fue repentina como repentina y espontánea fue su creatividad en el color, en el diseño y en la recuperación permanente de nuestras tradiciones.
Freddy Aguilar nació en Paria y se constituye en el último representante de la escuela de careteros de Paria. Cultivó la herencia de su padre, del también caretero Trifón Quiroga y de sus ascendientes Santiago y Hermógenes Nicolás. “Don Freddy” como era conocido en todas las diabladas de Oruro era ejemplo y testimonio vivo de todo cuanto era el origen y la simbología de la Diablada.
Comenzó su trayectoria como artesano caretero allá por 1956, cuando las máscaras tenían un rostro desafiante en los colmillos y los ojos saltones. Era la época de las purpurinas y los espejos que reverberaban en las pecheras y pollerines. Freddy Aguilar elaboró su primera máscara para la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, pero su arte era también solicitado para las demás agrupaciones diablescas.
Su taller era un pequeño museo de los gestos y las sonrisas socarronas. Allí reposaban las caretas, unas blancas y otras con el brillo y la espectacularidad de un estilo que era el “estilo” de Freddy Aguilar. Allá en ese pequeño museo del color colgaban también los reconocimientos a una obra poco comprendida y valorada, pero fundamental e inmortalizada para las generaciones futuras.
¿Cuántas innovaciones dejó para el enriquecimiento de nuestra cultura popular?.
Para 1984 a petición de Jorge Vargas Luzza diseña y elabora la primera careta con los cinco animales de la leyenda de Wari y los Urus. El cóndor, las hormigas, la víbora, el lagarto y el sapo se afirmaban en una careta extraordinaria por el equilibrio y la destreza plástica sin precedentes.
Siempre en afán de originalidad, para 1989 don Freddy Aguilar elabora una careta retrospectiva; era la conocida “mascarilla” que durante la década de los años veinte popularizó la identidad del diablo orureño. Esta recuperación causó impacto y todas las diabladas asimilaron esta visión iniciada en las manos de nuestro caretero de Paria.
Pero una de sus mayores creaciones fue la máscara de la “Diablesa”, aquel personaje cuya innovación de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, trasuntó a la identidad y la originalidad de nuestra danza, allá por 1992. Desde aquel entonces la “Diablesa” fue imitada por todas las diabladas, incluso por aquellos países vecinos que ante la ausencia de valores propios, buscan réditos con creaciones ajenas a su cultura.
Las caretas de Freddy Aguilar estuvieron en casi todos los eventos importantes del Carnaval de Oruro. Precisamente, una de sus caretas, de ojos saltones y de espeluznante dragón, está en el Museo del Vaticano, tras la visita del entonces Papa Juan Pablo II a la ciudad de Oruro en mayo de 1988.
Estos últimos años quienes tuvimos la suerte de conocerlo, admiramos su permanente ansia de innovación. Así logramos una exposición de aquellas inconfundibles máscaras de los siete pecados capitales, cuya fisonomía, expresión y color, fue el resultado de una minuciosa investigación que don Freddy Aguilar realizó en su Paria natal. Esas máscaras de los pecados capitales son el único referente original de la Diablada de Oruro y no corresponden a otros “mamarrachos” que se pretenden exhibir en los personajes de la Lucha del bien y del mal durante la Entrada del Carnaval, creando una caricatura espantosa y deprimente de nuestro diablo orureño.
Don Freddy Aguilar dejó innumerables creaciones para la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Este adiós inesperado debe conmover no solamente a las cinco diabladas del Carnaval de Oruro sino a todas las instituciones culturales que posiblemente no valoraron la exacta dimensión de un personaje, quizás, de poca resonancia pública, pero de un invalorable legado cuyo vació difícilmente será llenado.
Los verdaderos personajes son como Freddy Aguilar, porque su labor es silenciosa sin el cohetillo del reconocimiento social. Por eso es pertinente declararlo Ciudadano Notable Pos Morten, porque Oruro tiene una enorme deuda con este hombre de inimitable talento y conocimiento en las arte populares de nuestro Carnaval. Paz en su tumba. (FCM).
Fuente: LA PATRIA
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