El título, es probable, no agrade a los pesimistas y apocalípticos que no admiten que el mundo pese a las calamidades que el propio hombre ocasiona, las vicisitudes sobrevinientes, los malos gobernantes que conducen potencias y que no toman decisiones inmediatas para estabilizar los cambios climáticos, aminorar la generación de CO2 y, sobre todo, reducir la pobreza que no es tarea imposible si se poseyese un sentido exacto, cabal y sensible de la distribución de la riqueza.
Ante esta realidad el mundo sigue adelante con significativos avances de transformación, sobre todo en lo relacionado con el desarrollo humano.
Estructuralmente y con un criterio de aproximación sosegado al conocimiento, se debería comprender que las grandes y más significativas transformaciones que modifican positiva y sosteniblemente al mundo se desarrollan lentamente; ejemplificando: a través de serios estudios de la universidad de Oxford de Inglaterra, se establece con datos probatorios y en forma incontestable, que la expectativa de vida de los años 40/50 era 40 años, ahora, como común denominador mundial, aquél en la actualidad ha subido a los 70 años.
Estructuralmente y con un criterio de aproximación sosegado al conocimiento, se debería comprender que las grandes y más significativas transformaciones que modifican positiva y sosteniblemente al mundo se desarrollan lentamente; ejemplificando: a través de serios estudios de la universidad de Oxford de Inglaterra, se establece con datos probatorios y en forma incontestable, que la expectativa de vida de los años 40/50 era 40 años, ahora, como común denominador mundial, aquél en la actualidad ha subido a los 70 años.
La mortalidad que castigaba y aun castiga cruelmente a los recién nacidos e infantes, que son el futuro de cada nación, siendo una frase trillada pero verídica, ha sido reducida substancialmente y no supera los dos dígitos, tarea monumental si se considera que ese logro comprende a toda la población mundial. Las mencionadas son transformaciones decisivas para un mundo mejor pues se refieren al valor supremo de los humanos que es la vida.
Otro factor fundamental para mejorar el mundo es la actual formación de nuestros niños ya imbuidos desde muy tierna edad de los problemas cruciales de la actualidad, saben cómo influye el CO2, la importancia de la preservación del cambio climático, la insondable complejidad de las drogas y sus efectos, sobre el alcohol y la importancia de dominarlo, el tabaquismo y su visión desprejuiciada de la sexualidad; aunque debemos asentir que les privamos de disfrutar su niñez arrobados por la inocencia y la vida despreocupada.
Es un desatino el concepto arraigado de las naciones poderosas y ricas sobre la imposibilidad de extirpar la pobreza de las sociedades y lo sostienen impávidamente porque viven en la ignorancia.
Todas estas transformaciones sustanciales sostenibles, una vez que se logran, permanecen y, aun así, la fuerza que posee lo mediático no les asigna la dedicación y cobertura amplia para elevar cotidianamente el espíritu optimista de los ciudadanos del mundo, sensiblemente porque la mayoría de los medios, no todos, están en competencia en el tiraje de ejemplares con noticias pesimistas y apocalípticas, además de las que generan una atracción a la lectura por su contenido de morbosidad.
*es abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Alta Gerencia para abogados, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, Docencia en Educación Superior, Filosofía y Ciencia Política (maestrn), doctor honoris causa con tesis aprobada.
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