Miercoles 21 de agosto de 2019
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Editorial y opiniones
Huelga por la salud, extremo contra la salud del pueblo
21 ago 2019
Armando Mariaca V.
Los médicos del país, conforme a su misión de apostolado en pro de la vida, reclaman, con justo derecho, que el gobierno aumente sustancialmente los presupuestos destinados a la salud; un bien que no es dádiva de ninguna autoridad y que es derecho inalienable de la población que, se entiende, exige que las autoridades que administran el país atiendan los servicios médicos, hospitalarios y atención eficiente y digna a los enfermos; pero a su vez, los médicos no han medido las consecuencias de su "declaración de huelga" de tanto en tanto porque?
Simplemente, cada huelga de médicos causa más daño a la población necesitada de médicos, hospitales, enfermeras y atención a sus dolencias. Sin el concurso de profesionales y de la infraestructura debida, la salud tenderá siempre a deteriorarse más de lo que está; sin la atención médica necesaria ningún paciente podrá conservar las esperanzas de sanarse o, por lo menos, de conseguir algún alivio a sus dolencias. Ningún país sin los debidos servicios de salud, con el complemento de la educación, podrá avanzar por los caminos del desarrollo porque población que no tiene ambos servicios irrenunciables, está condenada al exterminio.
Disponer huelgas y paros no castiga al gobierno y menos hace que la autoridad se conduela de los enfermos, porque cada gobernante cree que, por tener poder, "tiene derecho a todo y puede ignorar el derecho de los demás" que es la comunidad nacional. Lo principal para quien está revestido de alguna autoridad y posee poder debe renunciar al dicho: "el que manda lo hace porque puede y el que no tiene poder no tiene derecho a nada". Este extremo de desconsideración y carencia de respeto por el ser humano determina que no se encuentren las soluciones debidas a los problemas de la salud que, en Bolivia - como en ningun país del mundo - su presupuesto es infinitamente menor a los fijados para Defensa y Gobierno que, al fin y al cabo, tienen mínima importancia comparada con la salud de la población.