Arde la madre tierra

Chiquitanía, últimas dos semanas, arde la tierra con funestos presagios de un futuro gris de cenizas y desesperanza, arde la tierra en medio de la indiferencia y la campaña electoral. Al igual que en nuestra región, con la quema desmedida de totora en el Lago Uru Uru, riberas hoy secas, arde la tierra con "motivos desconocidos" en medio de hipócritas declaraciones de las autoridades, arde la tierra y en sus densas columnas se adivinan nuevas fortunas de loteadores y la muerte del penúltimo lago en el caso nuestro. Amén de toda la flora y fauna devastada por las llamas.

¿Qué está pasando?

Sencillo, la madre tierra, por uno y otro interés mezquino se encuentra en llamas. La indiferencia, mala gestión, oportunismo, corrupción e incluso la mala fe rayana con la tozudez de las autoridades de turno, hacen el resto.

Se habla de calentamiento global, se habla de "quema tradicional", se habla de esto, se habla de lo otro, se habla de "progreso y desarrollo", pero la verdad es única, aquellos que deberían cuidar a la madre naturaleza, gracias al poder temporal que el pueblo les ha conferido, no lo están haciendo y en el mejor de los casos actúan de un modo indiferente y hasta mezquino.

Y lo que es más triste, es la ignorancia de la gente buena, culpable también, y no sólo de los eventuales "chaqueadores" que buscan habilitar terrenos, sino de los "chaqueadores mayores" que buscan habilitar terrenos aún mayores, incluso del tamaño de un Área Protegida.

Es la ignorancia, madre del "no importismo", puesto que acaso no les importará a todos sino hasta que su propia puerta se queme.

Arde la madre tierra y con ella arde nuestro futuro, con ella arden los pulmones de nuestros hijos y la sangre vital de las generaciones venideras.

Pero esto le importa muy poco a la mayoría de la gente, les importa aún menos a las autoridades oficialistas de turno, que incluso tienen el descaro de buscar la perpetuación en el poder con sus millonarias celebraciones electoralistas hasta con un discurso de "defensores de la madre tierra".

"Socialismo ecológico", vaya culmen de mentiras y conceptos engañosos, salidos del ego de un caudillo.

A nuestra gente parece no importarle y con contadas excepciones, no se le está pidiendo cuentas y razones a aquellos culpables, no sólo a los pequeños culpables que prendieron el fuego sino a los grandes que permiten y preparan el terreno para el incendio.

Arde la madre tierra y ¿a quién le importa?, miles festejan la muerte de un parque nacional pensando en sus propias antorchas, miles saborean los miserables beneficios y millones esperan indiferentes a que pase�? algo.

Arde la madre tierra, en la Chiquitanía, en Oruro, en Cochabamba y el TIPNIS, la madre tierra en llamas con el más tóxico de los combustibles: la indiferencia alentando a la impunidad del interés miserable y malsano.

Y usted, qué opina ¿también añade su combustible?

(*) Asambleísta Orureño