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Lunes 19 de agosto de 2019

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Suplemento Deportivo

Avril Sánchez, en los albores del baloncesto nacional

19 ago 2019

Fuente: LA PATRIA

Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Uno de los aspectos fundamentales en la vida, es el apoyo que se recibe de la familia y la motivación que los padres dan a sus hijos, con el objetivo de iniciar el camino de los sueños. Esa fortuna la tiene una deportista que da sus primeros sus pasos en el baloncesto y cuya carrera se pinta prometedora.

Ella es Avril Lisbeth Sánchez Mattos, nació en la Alta Tierra de los Urus el 12 de diciembre de 2005. Es estudiante del Colegio Alemán de la ciudad de Oruro. Sus papás José y Lisbeth la impulsaron desde un inicio a la práctica de varios deportes, entre ellos, la natación, el voleibol y el básquetbol.

Finalmente, ella optó por el baloncesto cuyos inicios se dio cuando ella tenía apenas seis años. Reconoció que a un principio no le gustaba ese deporte, debido a ser un deporte de contacto.

"Tenía miedo a los balones, no me gustaba, siempre que jugábamos yo era la menos indicada para todo y un día me llamó la atención para ir a entrenar. Fueron mis papás quienes me llevaron a la cancha. Me dijeron que tenía que intentar nuevas experiencias, que si me gustaba podía seguir", manifestó.

"Tenía miedo a los balones, no me gustaba, siempre que jugábamos yo era la menos indicada para todo y un día me llamó la atención para ir a entrenar. Fueron mis papás quienes me llevaron a la cancha. Me dijeron que tenía que intentar nuevas experiencias, que si me gustaba podía seguir", manifestó.

Sin embargo, aquella dificultad fue superada con el apoyo de sus papás quienes la incentivaron a practicar el baloncesto. Sus primeros pasos posteriormente fueron guiados por la profesora Jhanet Blanco, quien le dio las primeras lecciones para afianzar su juego.

Avril contó que su debut oficial ocurrió a los siete años y lo vivió de una manera alegre e inolvidable, ya que cuando lo hizo anotó su primer punto, aspecto que le permitió seguir adelante.

"En Alemán gané una familia hermosa. Mis entrenamientos eran muy fuertes, porque como no hacía actividad física, me costó. Corría, hacía ejercicios, con el profesor Willman Flores es que aprendí posteriormente, todo lo que sé", señaló.

Esas ganas de superación muy pronto cobrarían sus réditos, porque le permitirían llegar a su primera selección Oruro, tenía diez años. Ella junto a otras compañeras de su club asistieron a recomendación del profesor Flores a la preselección, en ese entonces dirigida por Aldo Saavedra.

Avril fue tomada en cuenta para ser parte de las diez jugadoras que viajaron a Viacha a participar de su primer nacional.

"Me sentí bien, porque me esforcé para llegar ahí. Todo valió la pena, porque ganamos a todos los equipos, no salimos campeonas, porque determinaron que iba a ser un convivio, así que nadie salió campeón, pese a que teníamos el mayor puntaje", recordó.

Aquel hecho permitió, no solo a la basquetbolista de Alemán sino a sus compañeras, establecer muchos retos, principalmente de mejorar su juego y superarse cada vez, actitud que era demostrada en el campeonato local.

Ese desempeño tuvo su recompensa cuando fue convocada a su segunda selección Oruro, esta vez era dirigida por la profesora Rita Poma. El nacional era en Santa Cruz, no hubo buenos resultados debido al poco tiempo de preparación, pero ganaron mucha experiencia, para seguir adelante.

BALONCESTO

Avril considera que el baloncesto es una forma de vida, es hermoso, se vive la adrenalina a su máxima intensidad, además de sentirse bien con la familia, que es su club.

"El básquet me ha enseñado disciplina, nuestros entrenamientos eran temprano en la mañana, en la tarde, tenías que ser muy disciplinada y llegar puntual, tienes que hacer las cosas bien para mejorar. El deporte me enseña responsabilidad, trabajo en equipo. El básquet ha influido mucho en vida, soy más responsable, más puntual, me es más fácil trabajar en equipo", indicó.

LIBOMENOR

Una de las experiencias más inolvidables hasta el momento fue la Libomenor (Liga Boliviana de Básquetbol Menores), no solo por lo que representó cada partido, sino porque sabían que el club que tenía un equipo competitivo. La motivación adicional era representar a su ciudad, Oruro.

Asimismo, fue un premio haber llegado a esa liga, porque significó el reflejo duro de toda una gestión. Se ganaron muchos de los partidos, se perdieron otros pocos, pero lo más importante para ellas fue que llegaron a la final. En Oruro ganaron, sin embargo, el partido de vuelta en Tarija que además era el definitorio, se lo perdió a consecuencia de falta de ritmo, por lo problemas que se presentaron ajenos al club.

"La Libomenor hasta el momento fue la experiencia más inolvidable, porque estuve muy emocionada, me tuve que superar, tuve que mejorar muchas cosas porque el campeonato iba a ser muy fuerte. Fue una experiencia muy bonita porque me demostró que puedo llegar a más", afirmó.

Entre sus perspectivas está el ser referente no solo a nivel departamental, sino también nacional. Asimismo, vestir pronto la casaca de la Selección Boliviana de Baloncesto.

Fuente: LA PATRIA
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