Gente del campo hacia la ciudad

La población campesina sigue abandonando sus comunidades hacia las ciudades, las autoridades gubernamentales continúan con políticas liberales y neoliberales, dando mayor atención a los centros urbanos que a la producción de la agricultura altiplánica, se hacen muy pocos cambios para mejorar la vida del campo como no hay formas de vida, está ocurriendo el abandono masivo hacia las ciudades.

No existen programas, proyectos productivos de desarrollo de las diferentes comunidades, mucha gente se va trasladando hacia el oriente boliviano, por falta de trabajo, progreso, para dar una buena educación a sus hijos, piensan que las mejores oportunidades, de trabajo, estudio, progreso, están en la ciudad, mayores comodidades, servicios de luz, agua, alcantarillado, teléfono y tecnología.

Generalmente, la población sufre de la falta de agua potable, riego para la agricultura, necesitan instalación de proyectos de agua potable, represas para riego de la producción agrícola, solamente los ancianos, poca gente joven, se encuentran en las diferentes comunidades, las autoridades, deben dar prioridad en apoyar a las personas que viven en el campo, porque el resto de la gente se ha ido por no ser escuchada en sus demandas, además, los municipios no cuentan con recursos suficientes para atender el problema de agua, que se va postergando por décadas.

Las provincias, las comunidades cuentan todavía con autoridades originarias, pese a muchas leyes, influencia externa, todavía se mantiene en forma anual, son nombrados por los pocos comunarios del campo y por los residentes que radican en los diferentes departamentos, vienen desde países vecinos, para asumir estos cargos, por no perder su terreno, para cumplir, con los usos y costumbres, por una gestión su función de autoridad comunal.

Muchos de sus hijos han perdido muchos valores culturales, quieren cambiar la vida del campo con hábitos, costumbres citadinos, imponer tradiciones occidentales, ellos llaman sinónimo de modernidad, desarrollo, manifiestan que ya es necesario olvidarse de la historia ancestral, las ciudades van creciendo en su población y las comunidades van agonizando.

Mucha gente se va trasladando hacia el oriente, porque ofrece mayores oportunidades de vida, por la enorme riqueza que tiene, allí hay bastante producción alimentaria para sobrevivir, en cambio en el altiplano se requiere mucho sacrificio para producir, a pesar que en estos últimos años se está notando bastante lluvia, en alguna medida se ha recuperado la producción, para consumo familiar, lo que falta es producir más para el mercado, llevar alimentos hacia las ciudades, porque si no se produce alimentos en el campo, las ciudades se mueren de hambre.

Mucha gente que vive en las ciudades, ha olvidado muchas costumbres, ya no aprecian su música originaria, baile, instrumentos nativos, los cuales están desapareciendo como la sicuriada, zampoñada, tarqueada y otras riquezas culturales, las autoridades municipales, gobernaciones tienen que realizar proyectos de recuperación de las tradiciones de los pueblos campesinos para exportar hacia el mundo.

Por la buena producción minera, mucha gente también se ha trasladado a los centros mineros, por el mayor movimiento económico, mejor que la agricultura, actualmente se están concentrando en centros mineros, porque genera mejores ingresos, no importando las consecuencias medio ambientales, no interesa si contamina a la tierra o el agua, lo importante es ganar dinero para mantener a su familia, para hacer estudiar a sus hijos, hasta que salgan profesionales.

Con esta forma de trabajo, están siendo perjudicada la gente que se ha quedado en el campo, en su agricultura, ganadería, ya no hay como producir con la tierra contaminada. Vuelven de las minas, queriendo competir, con cualquier grupo social, porque han tenido buen ingreso, a costa del enorme daño del medio ambiente, desastres artificiales para la vida humana, con tierra envenenada, aire, agua, contaminada lo importante es sobrevivir, sin importarles las consecuencias.

Oruro, siendo la capital del folklore nacional, no está cuidando las costumbres, las danzas originarias, en muchos lugares ya ha desaparecido por la aculturación, por la influencia extranjera con los hábitos de otras realidades, apenas se está manteniendo algunas tradiciones culturales del departamento, muchos ciudadanos han adquirido mentalidad, extranjera, ya no quieren saber de usos y costumbres, la educación tiene que jugar un papel importante para recuperar, estos valores históricos e impulsar la vida de la agricultura.