Miercoles 14 de agosto de 2019
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Como los monarcas del incario, el partido de Evo Morales ha enviado a miles de ciudadanos bolivianos lejos de sus lugares de nacimiento para que invadan tierras de otros pueblos originarios y difundan la filosofía del "proceso de cambio".
Y lo sigue haciendo, como lo denuncian los pueblos de Santa Cruz y las noticias que llegan desde Pando, donde los altiplánicos que fueron trasladados de esta manera tratan de sobrevivir como pueden.
Un informe dice que estos mitimaes recibieron en dotación tierras del Estado cuando se planificaba el asalto a Cobija para habilitar su aeropuerto para vuelos sin escala hasta Caracas, llevando droga, como lo denunció Leonardo Coutinho.
Ahora se dedican al comercio. Han vendido sus tierras, o también optaron por vender su fuerza de trabajo. No tienen la menor idea del uso que podrían dar a esas tierras amazónicas donde están los árboles de castaña o los de caucho, tan ajenos a las papas o la quinua.
Ya han cumplido el primer propósito de su traslado, que era votar por los candidatos del MAS en las elecciones. Algunos han vuelto a sus lugares de nacimiento pero lo han tenido que hacer de manera clandestina, porque los compromisos que debieron firmar cuando fueron llevados estipulaban sanciones. Era un viaje sin retorno, como lo ordenaba también el Inca en su momento.