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Domingo 11 de agosto de 2019

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Cultural El Duende

Extranjerismos en Bolivia

11 ago 2019

Raúl Rivadeneira

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Vivimos en la era de las comunicaciones y las telecomunicaciones, iniciada con las transformaciones científicas y técnicas después de la segunda guerra mundial, a mediados del siglo XX. Una de las consecuencias de este desarrollo es el mayor y más rápido intercambio cultural entre personas y pueblos, reduciendo a la nada las antes insuperables barreras del tiempo y la distancia. Las modernas comunicaciones han construido ya la gran Aldea Global que imaginara Herbert Marshall McLuhan, hace medio siglo.

En esta era, donde predominan -aunque no de modo excluyente- los mensajes audiovisuales, son más frecuentes los contactos de lenguas. El bilingüismo, rasgo característico de las zonas internacionales, disuelve las fronteras y pasa, mediante los conductos electrónicos, por casas, oficinas, escuelas e institutos; dirigencias políticas y empresariales; organizaciones religiosas, militares, sindicales y otras formas asociativas.

Las lenguas en contacto sufren recíprocas interferencias de diversa magnitud e importancia, en las áreas sintáctica, semántica y pragmática de la comunicación; trastornos gramaticales, deformaciones ortográficas y fonéticas; derivaciones semánticas y caprichosos calcos; sustituciones innecesarias de vocablos ya existentes en una de las lenguas por importaciones en la ancha vía del contrabando, pues las aduanas lingüísticas son generalmente inexistentes, o, si las hay, su labor resulta harto insuficiente, aun en países que han adoptado políticas claras al respecto, por ejemplo España y Colombia. A continuación, ejemplos de argentinismos e italianismos usados con frecuencia en el habla boliviana.

Las lenguas en contacto sufren recíprocas interferencias de diversa magnitud e importancia, en las áreas sintáctica, semántica y pragmática de la comunicación; trastornos gramaticales, deformaciones ortográficas y fonéticas; derivaciones semánticas y caprichosos calcos; sustituciones innecesarias de vocablos ya existentes en una de las lenguas por importaciones en la ancha vía del contrabando, pues las aduanas lingüísticas son generalmente inexistentes, o, si las hay, su labor resulta harto insuficiente, aun en países que han adoptado políticas claras al respecto, por ejemplo España y Colombia. A continuación, ejemplos de argentinismos e italianismos usados con frecuencia en el habla boliviana.

ARGENTINISMOS

El uso de argentinismos es más abundante y frecuente en el sur del país, principalmente en el extenso Chaco; en la capital y provincias del departamento de Tarija; en Villazón y Tupiza, del departamento de Potosí.

Las radiodifusoras argentinas, de amplia audiencia en las ciudades bolivianas, especialmente en La Paz, entre 1930 y 1950, así como el cine producido en Buenos Aires, implantaron en el léxico de los bolivianos varios vocablos, algunos de los cuales aún se conservan en el lenguaje coloquial.

Los jóvenes de esa época iban a las fiestas en patota, se denominaban a sí mismos patoteros (miembros de una pandilla), y vestían pilchas tipo petitero (derivado del francés petitesse, pantalón de pierna angosta y chaqueta corta, ceñida al cuerpo). Un hombre bien vestido, elegante, es un pituco, y de una persona vivaz se dice que es un (a) piola ¿Qué adolescente no sueña con tener su propio bulín? (piso de soltero). A una persona de piel morena se la llama todavía morocho (a).

Fieles amantes del bandoneón, el tango y la milonga, escuchaban sus canciones favoritas en una fonola (derivación de fonógrafo o gramófono); eran habitúes de algún boliche y estaban casi siempre cortitos de morlacos (dinero).

Pibes son los niños, pero también se emplea esta palabra como adjetivo apodo: "El Pibe". El taimado o incauto es un gil, voz similar, -tal vez pariente- del caló "gilí" y del vulgarismo español "gilipollas". Los amigos detestan a los mangueros (los que viven a costa de los demás).

De gaucho deriva la expresión gauchada (hacerle a alguien un favor). Aún está en discusión el origen de la palabra gaucho. Algunos la hacen derivar del quechua "huajcha" o "wajcha". Otros sostienen que procede del portugués "gauderio", derivado de "gaudo", gentilicio de los habitantes de Río Grande do Sul, Brasil.

Malevo es sinónimo de ruin, malhechor, tiene parentesco semántico con la palabra cafisho, de origen lunfardo, que significa "hombre que explota a una mujer, generalmente a una prostituta". Gigoló.

Una hábil jugada de regate en el fútbol es celebrada como una gambeta. De esta voz derivan el adjetivo gambetero y el verbo gambetear, este último también con el significado de acción evasiva o maniobra de distracción para evitar el cumplimiento de un compromiso moral o una obligación jurídica.

Falluto es hipócrita, desleal, una persona que no cumple su palabra ni sus compromisos.

El chimichurri es una salsa infaltable para aderezar la carne que se ha de asar a la plancha o a la parrilla.

Es también ampliamente conocido, aunque ahora de uso menos frecuente, el vocablo atorrante (vagabundo y holgazán). El DRAE lo registra también con las marcas "Ur. C. Rica y R. Dom". (Uruguay, Costa Rica y República Dominicana).

Chingar es una palabra que significa errar o fracasar en una acción. Es también un mexicanismo, pero con distinto significado.

No puede faltar en esta glosa la más socorrida de las voces de origen argentino o rioplatense: che, tanto en la acepción de voz con que se llama a otra persona, como la interjección ¡che!, que sirve para expresar admiración o sorpresa.

Por último, el lunfardo ha contribuido al coba boliviano con una buena cantidad de vocablos que Carlos Coello ha reunido en su "Diccionario Coba". He aquí algunos: bacán (persona elegante), cana (policía y cárcel), chantapufi (persona insignificante), engrupir (engañar), fulero (fracasado), garufa (diversión), laburo firme (robo de magnitud), matufia (robo de pequeña magnitud), otario (protector de una mujer de vida disipada - ingenuo, falto de viveza), percanta (prostituta), quilombo (fiesta orgiástica, prostíbulo), tira (policía), yira (prostituta).

ITALIANISMOS

De los 23 vocablos italianos registrados en esta investigación, 15 (el 61 por ciento) son términos gastronómicos o relacionados con la gastronomía.

Ellos son: casatta, fettuccine, lasagña, milanesa, minestrone, muzzarela, ossobuco, panetón, panettone, pizza, ravioles, roticeria, spaguetti, tuttifrutti y vermicelli. Adoptamos la palabra spiedo, técnica de cocción de piezas de carne que, después de aderezadas, se atraviesan en una varilla giratoria del horno. Y hemos creado derivaciones como spiedero, ra, persona especializada en asar carnes con esa técnica, y también el horno eléctrico o de gas que sirve para este tipo de asados. Abundan los negocios que expenden carne de pollo o cerdo al spiedo.

Al parecer, la famosa película de Fellini "La dolce vita" (1960) ha insertado esta expresión en el léxico de los bolivianos, para referirse con ella a un modo de vida despreocupado y afecto a los placeres: darse a la dolce vita. Se utiliza también como como nombre común: "Juan es un dolcevita".

¡Chau! es una interjección de uso familiar en casi todo el país, sirve para despedirse, como equivalente de "hasta luego" y "adiós". Deriva del italiano coloquial ciao, que sirve para saludar y también para despedirse.

EL DRAE registra como voz hispana grafito, pero nosotros empleamos la voz italiana graffiti, para denominar a las inscripciones y figuras pintadas sobre muros u otras superficies. A la palabra castiza entrepiso, preferimos la voz mezzanine. Y sustituimos la locución castellana "en voz baja" por su equivalente italiana sotto voce.

En el periodismo, gana cada vez mayores usuarios el término paparazzi (fotógrafo que hace tomas clandestinas de personajes famosos). Este vocablo fue popularizado por la película "La dolce vita". La sección gráfica de notas sociales, de un importante diario boliviano, titula precisamente "Paparazzi".

La palabra vendetta es ampliamente usual en el léxico policial y jurídico. Y, para los bolivianos, una novedad: la voz cortejo, ja, (persona que tiene relaciones amorosas con otra) reputada en nuestro país como propia de la región oriental (Santa Cruz, Beni y Pando), así como la voz derivada cortejar (galantear) son, en realidad, de origen italiano: provienen de corteggio y corteggiare, respectivamente. Por último se ha popularizado el término spa sigla de "salute per l´acqud", tratamiento corporal por medio de burbujas de agua.

Raúl Rivadeneira Prada.

Sucre, 1940- La Paz, 2017.

Académico de la Lengua.

De: "Extranjerismos en Bolivia", 2008

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