Índice de miseria de Okún (Malestar Económico) en Bolivia

El malestar económico consiste en la inconformidad y miseria que una sociedad padece a causa de los costos sociales más evidentes que deprimen a su población. Una sociedad que atraviesa agudas situaciones de desempleo y que, al mismo tiempo afronta rápidos ascensos en el nivel de precios, no puede menos que sentirse inconforme; y en cierta medida miserable. El desempleo afecta la posibilidad de acceso al nivel de ingreso, mientras que la inflación restringe las posibilidades de consumo.

La teoría macroeconómica sugiere que en términos de estabilidad, las decisiones de política en este campo, deben propiciar adecuados niveles de crecimiento productivo, reducidos índices de inflación, bajas tasas de desempleo y equilibrio en la balanza de pagos. La consecución de estos elementos armónicamente integrados constituye la situación ideal para un país. Arthur M. Okún, economista de Brookings y asesor del Gobierno de los Estados Unidos durante la presidencia de Lyndon Johnson (1965-1968), propuso además de la conocida Ley de Okún, el índice de Miseria o Malestar económico estimando como factores clave las tasas de desempleo y los niveles de inflación. La simple suma de estas variables resumía dos aspectos macroeconómicos que representan, según su consideración, los costos sociales más evidentes para una nación.

Una sociedad que atraviesa agudas situaciones de desempleo y que, al mismo tiempo afronta rápidos ascensos en el nivel de precios, no puede menos que sentirse inconforme; y en cierta medida miserable. El desempleo afecta la posibilidad de acceso al nivel de ingreso, mientras que la inflación restringe las posibilidades de consumo.

Aun cuando persiste la crítica sobre su simplicidad, no existe un índice de ese tipo. Fue calculado por Arthur M. Okún, quien fuera el economista más destacado en el Gobierno de Lyndon Johnson. El Sr. Okún construyó un coeficiente de malestar para la economía. Este coeficiente se deriva de la simple adición entre la tasa de desempleo y el índice de precios al consumidor (como si de sumar manzanas y naranjas se tratara), no obstante, en el comportamiento descrito por estas dos variables pueden gestarse los dos frutos más amargos que deprimen gran parte de nuestra economía y son precisamente esos factores los que integran mayor grado de miseria cuando ambas variables mantienen de forma simultánea una tendencia ascendente y que, producen mayor satisfacción social cuando el desempleo y la inflación se reducen de forma paralela; para unos la inflación puede ser más tolerable cuando existan posibilidades de empleo y, para otros el desempleo es más permisible en la medida que exista menor inflación.

Durante el periodo 2006 hasta el 2018, el índice de Okún alcanzó en promedio aproximadamente 9,99%, cifra que durante el periodo 1990-2005 fue de 13,14%. Tomando en cuenta los datos longitudinales (1990-2015), se puede inferir que la mayor miseria económica registrada en nuestro país alcanzo un 25,33% en el año 1990 bajo la presidencia de Jaime Paz Zamora. La serie longitudinal muestra un promedio aproximado de 14,68% con una desviación estándar de 4,43%, por lo que podemos afirmar que Bolivia se encuentra por debajo del promedio registrado en Sudamérica en cuanto a malestar económico (índice de miseria de Okún).

(*) DOCENTE DE ECONOMÍA DE LA EDUCACI�?N - U.T.O

f2wgalo@gmail.com