BOA vuela bajo

Es la manera en que algunos entendidos explican la situación de la empresa Boliviana de Aviación (BOA), que al comienzo del mes en curso, sufrió otro "incidente" durante una más de sus operaciones, esta vez de aterrizaje en el Aeropuerto de El Alto, menos mal al finalizar su viaje desde la ciudad de Cochabamba, con llegada a La Paz.

Como siempre sucede en todos los casos relacionados con los "incidentes" técnicos y operativos de la línea estatal BOA, se indicó que la investigación del hecho se había iniciado y que, por supuesto se informará posteriormente lo que realmente ocurrió. Como ya se sabe, los informes finales tardan mucho y si hay algunos son totalmente incompletos e irreales porque se ajustan a normas técnicas y sólo son evasivas que no muestran la realidad sobre el estado de las naves o de su conducción.

El registro de los incidentes de la línea BOA en lo que va del año, propiamente al octavo mes en curso, constituye una preocupación que pone en riesgo la imagen de seguridad que tenía BOA y que ahora está en duda, debido a la frecuencia de hechos y a las muy precarias condiciones de mantenimiento de las naves, que por lo visto está fuera de un sistema de control externo que debería estar a cargo de empresas que realizan ese tipo de observación rutinaria en los vuelos de una empresa que garantiza seguridad y comodidad en sus servicios.

Hace años, los bolivianos se mostraban orgullosos de los índices que mostraba el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), la línea bandera del país como se la identificaba y que a nivel internacional era reconocida por la seguridad de sus operaciones, locales e internacionales y el cumplimiento de sus combinaciones con otras aerolíneas externas.

En el mes de marzo de este año, el ministro de Obras Públicas fue interpelado y en lo que corresponde a BOA, señaló que la empresa ha realizado más de 237 mil vuelos y en ese tiempo y cantidad de operaciones registró tan solo 36 incidentes, lo que equivale, dijo, a un 0,01% de sus operaciones, es decir un nivel de seguridad de 99,98 %. No obstante según la Dirección General de Aeronáutica (DGA) en un informe de la pasada gestión indicaba que BOA duplicó la cantidad de incidentes entre los años 2015 al 2017 con un total de 28 incidentes.

En realidad, por tales informes puede colegirse que BOA se mantenía bajo cierto marco de seguridad, pero lo que preocupa en el último tiempo es la frecuencia con que se han registrado "incidentes", lo que muestra una imagen que pone en duda las condiciones técnicas de las naves y el cumplimiento de su mantenimiento, pues no se encuentran otros justificativos que sean las causas de las frecuentes fallas, que quiérase o no, ponen en riesgo la seguridad de centenares de pasajeros, además de los perjuicios que se ocasiona a viajeros en tránsito u otros que inclusive quedan sin sus equipajes que les son devueltos en vuelos posteriores. Son detalles que pesan cuando se trata de una línea aérea.

Puede tratarse de un aspecto de orden estrictamente técnico y que debe ser tratado en forma directa con el fabricante de la aeronave comercial, esperando identificar las causas del o los hechos. Lo que ya no se sabe es cuánto demora el fabricante en responder a la consulta de los administradores nacionales y cuáles son las específicas recomendaciones, incluso conocer si en algunos casos una o varias naves deben ser suspendidas, porque si no se ajustan a regulaciones superiores, la continuidad de sus vuelos son un latente peligro y un riesgo de lesa humanidad.

Fuente: LA PATRIA