Lagos orureños en grave riesgo

Se trata de dos lagos orureños, el Poopó, considerado el segundo en extensión del país después del Titicaca, y el lago Uru-Uru, cuya formación respondió las necesidades de natural sobrevivencia de los pobladores ubicados alrededor de estos maravillosos "espejos de la naturaleza", brillando en pleno altiplano occidental de Bolivia.

Meses atrás y debido a los cambios climatológicos que castigaron a la región, además la falta de programas preventivos y el cuidado de abastecimiento de agua desde el río Desaguadero, conspiraron con la vida de esos lagos, al punto que "se secaron" dejando una amplia extensión de la que desaparecieron todas las formas de flora y fauna, y hasta obligaron a la migración de habitantes de las poblaciones rurales donde viven pescadores y agricultores.

Menos mal, la misma naturaleza se encargó, aunque lentamente de reponer parte del líquido elemento a los dos lagos, lográndose que el Poopó pueda ser nuevamente un reservorio piscícola, habiéndose trabajado en la "siembra de alevinos" para repoblar la reserva de agua dulce, con una buena cantidad de pejerrey, el producto importante que permite la subsistencia de centenares de pescadores. Una parte de esa producción se dispuso también para el lago Uru-Uru, en el que se recuperó caudal y la subsistencia de peces, asimismo de la fauna propia de la zona y poco a poco la flora natural de los humedales altiplánicos.

Como quiera que no se ha logrado aún, pese a intensos trabajos realizados, recuperar toda la densidad acuífera de los dos lagos, autoridades departamentales, delegados de entidades ambientalistas y sociales, grupos femeninos de las comunidades y de manera especial pescadores de las poblaciones tradicionales, han planteado oficialmente a la Secretaría de la Comisión Ramsar, el envío urgente de una comisión de expertos al país y especialmente a la zona de los lagos de Oruro, para que en cumplimiento de un acuerdo y un Tratado Intergubernamental, se considere la necesidad de proteger los lagos que son fuente de vida común en la vasta zona occidental de Bolivia.

Se espera un adecuado asesoramiento técnico ambiental, para alcanzar la recuperación total de los dos ecosistemas que se ven amenazados por factores adversos, naturales en un caso y generados por la contaminación minera, en otra instancia, lo que puede alterar seriamente el factor medio ambiental que merece tratamiento especial a través de instrucciones y medidas precautorias que sean dispuestas por el personal experto de Ramsar, para cuidar de manera elemental la restauración y vigencia de los dos lagos orureños.

Pese a medidas especiales de previsión y algunos planes dispuestos por la Gobernación del Departamento, persiste el riesgo de disminución del nivel de aguas y además una comprobada contaminación minera, proveniente de la descarga de materiales al rio Desaguadero que se insumen en su recorrido pero llegan en considerable cantidad a los lagos orureños.

La Convención de Ramsar, al intervenir en este delicado problema, puede ser de enorme utilidad para mantener la vigencia de los dos lagos orureños ubicados en el altiplano boliviano y que son una fuente importante para la supervivencia de la región, especialmente la vida humana de pescadores y agricultores, la subsistencia piscícola y de varias especies de aves y una incomparable flora en su entorno.

Es importante que este asunto esté como prioridad en la agenda de nuestras autoridades y nuestros representantes institucionales. Es la vida, la suerte de nuestros dos lagos.

Fuente: LA PATRIA