Lupe, la gata encantadora

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Es una mascota como cualquier otra, quizá no posee aptitudes admirables, sin embargo, tiene una gran personalidad y su comportamiento es muy especial. Su nombre es Lupe, una gatita criolla y encantadora.

Si bien su dueño actual no recuerda que año llegó a su vida, cuenta que la gatita cuando era pequeña estaba con sus vecinos, quienes la cuidaron hasta que se cambiaron de casa. No se la llevaron con ella, debido a que en la otra vivienda había perros y temían que sufra o escape.

Simultáneamente, antes que se vayan de la casa y Lupe como si fuese adivina que la dejarían, comenzó a visitar el departamento del vecino de sus amos y poco a poco se fue ganando el cariño de esta persona, que en el futuro sería su nuevo dueño.

Por ese motivo es que no le afectó mucho que sus primeros amos dejen la casa y se vayan sin ella. Con el tiempo, Lupe se acostumbró hasta la fecha, vive feliz y no le falta nada, ni techo, ni comida, ni cariño. Persigue a su dueño por toda la casa, incluso hasta la puerta de calle. Cuando lava el auto, sale a mirarlo y no le importa el bullicio de los coches que pasan o de las personas que caminan por el lugar, se sienta y espera a que su amo ingrese a la casa.

Es una especie de can, ya que siempre o casi siempre espera a su dueño detrás de la puerta de calle o en el patio, dándole la bienvenida con un maullido y siguiéndole muy de cerca, con la cola completamente parada.

Una vez en el interior, se sube a la cama, se para de dos patas para dar un abrazo afectuoso en señal de cariño. Suele jugar cuando se le ocurre, por lo general se la pasa durmiendo o imponiendo presencia ante sus hermanos gatunos, Jazz, Gaturro, Choco y Haspie.

No come cualquier cosa, es muy especial en ese sentido, le gusta mucho su alimento balanceado o pollo, ya sea cocido o frito. La aceituna la enloquece como si fuese carne, alimento que alguna que otra vez consume. Le encanta trepar a los techos y echarse para tomar un poco de sol o simplemente observar qué hacen las personas que viven en la casa.

Es arisca con los desconocidos, no así con su dueño, quien la acaricia siempre, aunque a veces se enoja, si es que el amo llega tarde a casa, incluso mueve la cabeza como desaprobando el horario de la llegada. Es limpiecita y marca territorio ante sus hermanos. Lupe es una gata muy especial.

Fuente: LA PATRIA