Moscoso y Keller vuelven a ganar medalla de plata en los Panamericanos

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El trayecto del raquetbol boliviano comenzó en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata en 1995 cuando los bolivianos enfrentaron a los mejores exponentes del continente americano para luego convertirse en potencia mundial en este deporte. La hazaña de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 se repitió en Lima 2019 para el dúo boliviano que llegó a las finales en la especialidad dobles, y esta vez para enfrentar a los representantes de México, Rodrigo Montoya-Javier Mar, en el Complejo Deportivo del Callao.

Los bolivianos aguantaron 55 minutos de juego para quedarse con la medalla de plata en la tarde del 7 de agosto. Los jugadores aztecas se impusieron por 2-0 (15-10 y 15-1). De esta manera el dúo Conrado Moscoso - Roland Keller logró su segunda medalla de plata en la historia de los Juegos Panamericanos. Un día antes dejaron en camino a las parejas de Cuba y Costa Rica donde fue notoria la presión nerviosa en los representantes bolivianos. Los triunfos en dobles fueron como reivindicación luego de los resultados adversos en individual.

Este jueves continúan las competencias de raquetbol en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Se disputarán partidos en la modalidad de equipos donde el plantel masculino de Bolivia tiene posibilidades de lograr otra medalla.

Antes de la final de dobles, Conrado Moscoso logró el tercer lugar con medalla de bronce en la categoría individual que fue capitalizada por los mexicanos en el primer y segundo lugar. Con este logro, el raquetbol boliviano ha conseguido cinco medallas en la historia de los Juegos Panamericanos (tres de bronce y dos de plata).

Antes de la final de dobles en Lima 2019 realizada en horas de la tarde, el problema de transporte debido al tráfico pesado de la ciudad de Lima obligó a Roland Keller a postergar su desayuno porque prefirió no perder el servicio del vehículo que lo transportó de la Villa Panamericana, de la zona de San Salvador, a la zona del Callao ubicada en el norte de Lima. Keller tuvo que comprarse una hamburguesa en el Complejo Deportivo del Callao mientras algunos admiradores le esperaban para tomarse unas fotos con él.