A帽o tras a帽o, desde el 6 de agosto de 1825, los bolivianos celebramos el D铆a de la Patria, de la madre que nos cobija por generaciones bajo su manto y amparo porque en ella ciframos nuestras esperanzas, nuestros anhelos, nuestro amor y respeto por ser el terru帽o que nos vio nacer y por el cual estamos dispuestos a todo, inclusive a dar la vida porque bajo ese principio el Libertador Sim贸n Bol铆var, al liberarnos del yugo espa帽ol, dio el calor y el esp铆ritu a nuestra patria para que sea grande, bien vista y respetada, consciente de su enorme sentido de libertad y justicia; una patria que tiene noci贸n y conciencia de que sus hijos la amamos y respetamos, la veneramos y esperamos para ella un futuro esplendoroso donde la pobreza haya sido erradicada y sus ingentes riquezas beneficien a todos los bolivianos, alcanzado el desarrollo y el progreso.
Bolivia, la grande y excelsa madre de generaciones, ha buscado siempre la entrega y valores de sus hijos; ha esperado que todos contribuyan a su grandeza y esplendor; que sus hijos seamos dignos de ella y que, conjuncionados en un haz de voluntades, nos entreguemos a la causa de su grandeza, de sus libertades y de la justicia y democracia que deben ser partes sustantivas de su vida.
Bolivia, la grande y excelsa madre de generaciones, ha buscado siempre la entrega y valores de sus hijos; ha esperado que todos contribuyan a su grandeza y esplendor; que sus hijos seamos dignos de ella y que, conjuncionados en un haz de voluntades, nos entreguemos a la causa de su grandeza, de sus libertades y de la justicia y democracia que deben ser partes sustantivas de su vida.
Nada ni nadie, por poder que tenga, podr铆a sustituirla o cambiarla por intereses creados y en atenci贸n a doctrinas o ideolog铆as que nada tienen que ver ni sentir con la grandeza de una patria que todos los bolivianos respetamos conjuntamente sus s铆mbolos patrios como son su bandera y su escudo cuyos colores alumbran las conciencias y la vida de todos; cuyas luces flamean en diversas latitudes del mundo donde viven bolivianos que la sienten y a帽oran, que esperan volver a ella y que guardan esperanzas de mejores d铆as para que, como naci贸n, salga de la pobreza, la dependencia y las condiciones que muchas veces la sumen en el atraso y la dependencia o, en casos, pretenden trocarla en base a pensamientos ajenos a lo que es patria digna, grande y transparente que cobija a millones de seres que viven con la esperanza bien fincada de que unidos todos sus hijos lograremos lo que, por generaciones, se ha anhelado.
Bolivia, la patria que perdi贸 sus costas mar铆timas y que, vive esperanzada de que la justicia de Dios, m谩s que la de los hombres, har谩 que la justicia humana devuelva lo que leg铆timamente le perteneci贸 desde siempre.
Consubstanciados con la Patria, todos los bolivianos hacemos conciencia de fe y amor, con grandeza de alma y con esperanzas siempre latentes en el coraz贸n y el esp铆ritu que no se arredran ante nada, con reiteraci贸n de que, unidos, lograremos desterrar no solamente a la pobreza sino tambi茅n a las tiran铆as y dictaduras que, como sombras siniestras, amenazan suprimir las luces de libertad, justicia y democracia que deben reinar por siempre en la vida institucional de los bolivianos.
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