Domingo 04 de agosto de 2019
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Contra viento y marea avanzan las elecciones truchas de 2019, atropellando la voluntad popular del referéndum del 21 de febrero de 2016, la Constitución Política del Estado, el respeto a la comunidad democrática internacional y el propio sentido común. La legalidad y la legitimidad les importan un pito, quieren el poder.
Haciendo uso de los poderes secuestrados, como el ?rgano Judicial y el ?rgano Electoral, han impuesto unas elecciones ilegales, desiguales y fraudulentas, ampliamente repudiadas por la comunidad nacional e internacional.
La franquicia del Socialismo Siglo XXI; ideada por el Foro de San Pablo y operada por Cuba, prescribe en una de sus primeras lecciones: secuestrar todos los Poderes del Estado, los medios de comunicación, la policía y el ejército. En la práctica dejan al pueblo atado de pies manos, indefenso contra la dictadura con careta democrática. Esa es la triste realidad de los países que tienen la desgracia de caer en sus garras.
La comunidad internacional no sabe qué hacer, sorprendida ante tamaño atropello. Los organismos internacionales, burocráticos, lentos e ideologizados, se enfrascan en discusiones bizantinas. Unos y otros no saben cómo enfrentar el problema, si aplican el principio de La No Intervención en los asuntos internos de otros países, La Carta Democrática Interamericana de la OEA (CDI), o incluso La Responsabilidad de Proteger de la ONU.