Loading...
Invitado


Sábado 03 de agosto de 2019

Portada Principal
Revista Tu Espacio

PSICOLOGÍA

Trastornos psicóticos: "Trastorno delirante" (Segunda parte)

03 ago 2019

Por: Rodrigo Aliendre Ramírez - exclusivo para Tu espacio

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Dentro de los trastornos psicóticos, encontramos al trastorno delirante, diagnosticado con mucha frecuencia en la práctica clínica con pacientes, trastorno que deteriora el funcionamiento de las relaciones sociales, laborales, académicas y familiares, de las personas que lo padecen.

La característica esencial del trastorno delirante es la presencia de uno o más delirios que persisten durante al menos un mes. Aparte del impacto directo producido por los delirios, el deterioro del funcionamiento psicosocial puede estar más circunscrito que en otros trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, y el comportamiento no es manifiestamente extravagante o extraño. Si se producen episodios del estado de ánimo de manera simultánea a los delirios, la duración total de estos episodios del estado de ánimo es breve en comparación con la duración total de los períodos delirantes. Los delirios no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia como la marihuana, cocaína, etc., o de otra enfermedad médica como la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo.

Es importante la evaluación de los dominios de los síntomas cognitivos, depresivos y maníacos para llevar a cabo las distinciones que tienen importancia crítica entre los diferentes trastornos del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

Es importante la evaluación de los dominios de los síntomas cognitivos, depresivos y maníacos para llevar a cabo las distinciones que tienen importancia crítica entre los diferentes trastornos del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

Las creencias delirantes del trastorno delirante pueden tener como consecuencia problemas sociales, conyugales o laborales. Los sujetos con trastorno delirante pueden ser capaces de describir el hecho de que otras personas consideran sus creencias irracionales, pero ellos mismos son incapaces de aceptarlo. Muchos individuos pueden desarrollar un afecto irritable o disfórico que habitualmente puede entenderse como una reacción a sus creencias delirantes. El enfado y el comportamiento violento pueden aparecer en los subtipos persecutorio, celotípico y erotomaníaco. El individuo puede presentar comportamientos litigantes o antagónicos (por ejemplo, enviar cientos de cartas de protesta al gobierno). Puede haber dificultades legales, en especial en los tipos celotípicos y erotomaníacos.

Debe tenerse en cuenta el entorno cultural y religioso del individuo al evaluar la posible presencia de un trastorno delirante. El contenido de los delirios también varía a través de los contextos culturales.

Las consecuencias del trastorno delirante, afectan el relacionamiento con su entorno especialmente en ámbitos laborales (deficiencia, abandono en el trabajo), y a nivel social (aislamiento social). Una característica habitual de los sujetos con trastorno delirante es la aparente normalidad de su comportamiento y apariencia cuando no se habla acerca de sus ideas delirantes o se actúa en base a ellas.

Por lo mismo es importante acudir a un profesional en salud mental, pues la intervención y tratamiento, es multidisciplinario, tanto en medicación como en terapia psicológica u otras alternativas a cargo de profesionales en psicología y psiquiatría, neurología u otros que se requieran.

Para tus amigos: