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Viernes 02 de agosto de 2019

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

Ni el metal dorado, ni el oro blanco brillan por este lado

02 ago 2019

Fuente: LA PATRIA

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Después de Inti Raymi, en La Joya (Kori Kollo) y en Iroco al sur de la ciudad de Oruro, (Kori Chaka), más de una década atrás, no se ha presentado ningún otro proyecto aurífero, mucho menos de las proporciones del que desarrolló la Empresa Inti Raymi (Irsa) que quiérase o no, dejó un importante monto de regalías, y dispuso cambios de orden social en dos comunidades, en cuyas proximidades se desarrolló la explotación masiva de oro, a cielo abierto, con moderna tecnología y con participación de centenares de empleados. Por supuesto que no faltaron detractores del proyecto, como sucede con otros que se perfilan en el país, sin embargo el impacto social para comunaríos de esas localidades, es un hecho objetivo y de beneficio colectivo que permanecerá invariable.

El oro brilló entonces y permitió desarrollar algunos proyectos importantes en Oruro, aprovechando el flujo de regalías y su buen uso en planes que se desarrollaron en determinado tiempo, pero que se podían palpar, no fue mera ilusión. Pero el dejó de brillar y las regalías de circular, por lo mismo muchos proyectos quedaron truncos.

El oro brilló entonces y permitió desarrollar algunos proyectos importantes en Oruro, aprovechando el flujo de regalías y su buen uso en planes que se desarrollaron en determinado tiempo, pero que se podían palpar, no fue mera ilusión. Pero el dejó de brillar y las regalías de circular, por lo mismo muchos proyectos quedaron truncos.

Fuera de ese periodo importante de la minería aurífera en Oruro, más de dos décadas no hay uno solo que se haya marcado como novedoso y útil, ni un solo proyecto pudo concretarse en muchas gestiones de ministros de minería, de presidentes de Comibol o de directivos de la minera estatal, que en todo este último tiempo no ha cumplido, ni por aproximación, el objetivo ideal de explorar y explotar la nueva minería.

Ahora se habla del "oro blanco", la riqueza estratégica que tiene el país y que se ubica en el salar de Uyuni (Potosí) y en el de Coipasa (Oruro). En la primera ubicación ya se han hecho millonarias inversiones, se han edificado e implementado varias plantas en pos de lograr la fórmula maravillosa que permita su industrialización para llegar a la fabricación de baterías�pero por lo visto, todavía hay mucho camino por andar.

En el caso del salar de Coipasa, que se considera una esperanza para la minería estratégica de Oruro, el asunto va por otra ruta más larga. Según el viceministro de altas tecnologías, Luis Alberto Echazú, es posible que en cinco años se concrete la fase industrial del litio en Coipasa, así concretamente. Por su parte el gerente de Yacimientos del Litio Boliviano (YLB), Carlos Montenegro, anunció en junio pasado que en este mes de julio (que se acaba) estaría lista la conformación de una empresa mixta para desarrollar el proyecto de litio en el salar de Oruro, se trataría de un acuerdo entre YLB y una empresa china (una más en minería), pero hasta el fin de mes de julio, no se conoció nada.

El caso del litio en los últimos días refleja una serie de hechos internacionales que muestran ciertas y objetivas realidades en torno a la perspectiva de industrializar esa materia prima, que como se ve, no es nada simple y resulta que el litio, tampoco es el producto determinante para encarar la industrialización de baterías. La gran interrogante del momento, muy preocupante por cierto, es: dónde estamos y hacia dónde vamos, sabiendo que hasta los vecinos confrontan serios problemas. Un título de este nuestro suplemento minero sigue vigente, "Del litio al hecho, hay mucho trecho". Acortar la distancia, será cuestión de capacidad y voluntad de autoridades, para recuperar el brillo de los metales para Oruro.

Fuente: LA PATRIA
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