El tren que se resiste a morir

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Hace más de 20 años, un tren de concreto fue construido en la avenida San José entre Beni y Teniente Villa, en inmediaciones de la Escuela Superior de Formación de Maestros "Ángel Mendoza Justiniano" (Ensamj), esta obra fue mandada a construir por un alcalde perteneciente al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), con el objetivo de convertir al lugar en un área recreativa para los niños de la zona.

Actualmente, quedan pocos rastros de lo que fue esta construcción, por el descuido de las autoridades y el peligro inminente que representaba, para la gente que transitaba por el sector.

Este barrio se encuentra en inmediaciones de la Normal "Ángel Mendoza Justiniano", lleva el nombre de "Catavi - Siglo XX", este sector está habitado por familias de extrabajadores de dichos centros mineros, aunque muchas de esas ellas actualmente ya no viven ahí, vendieron sus casas y emigraron, otras construyeron y muy pocas se quedaron desde la creación de barrio.

LA CONSTRUCCI�?N DEL TREN

El tren fue entregado por el alcalde del MIR, al barrio, como un regalo para ser un área de recreación para los niños, contaba con una cabina por donde se podía acceder a un resbalón hecho de concreto, pintada de azul, donde los niños podían divertirse como si estuvieran en un pequeño parque de diversiones.

A pesar de que algunos vecinos opinan que el tren, más fue una obra de tinte político, fue una construcción muy atractiva en sus primeros dos años, además de cubrir una parte del embovedado de aguas ácidas que expulsa la mina San José que se encuentra cerca, eliminando una parte del fétido olor de la copajira en el barrio.

LO TRISTE Y LO MALO

Según denuncias de algunos vecinos y el presidente de la junta vecinal, Javier Ortiz, conforme pasaba el tiempo, poco a poco el tren se volvió un lugar peligroso, tanto para el transeúnte como para los vecinos y los niños del barrio.

Debido al diseño que tenía el tren, el cual contaba con una cabina, y la escasa iluminación del sector, muchos jóvenes aprovechaban la oscuridad para beber, drogarse y realizar actos indebidos.

Los vecinos avisaron en reiteradas ocasiones el peligro inminente que significaba esta obra, la Policía, haciendo caso omiso, no le brindó mucha importancia a esta infraestructura, también se recurrió a las autoridades correspondientes, a las cuales se les pidió que se derruya el tren y se construya una biblioteca o un retén policial, pero recibieron una respuesta negativa, debido a que para construir ese tren se invirtieron recursos económicos.

Muchos vecinos, en horas de la noche, caminaban temerosos por el sector, por los hechos delictivos que se suscitaron, pero los vecinos que vivían en inmediaciones del tren no tuvieron más que resignarse.

Todo cambió cuando una noche, aprovechando la oscuridad, la poca visibilidad y la inseguridad reinante en el lugar, violaron a una joven en la cabina del tren, fue cuando los vecinos no aguantaron más y decidieron que se derribe el vagón, que era el punto de encuentro de malvivientes, drogadictos, alcohólicos y jóvenes con poca moral.

El tren, actualmente, no tiene nada de lo que era su antigua infraestructura, convirtiéndose en un lugar donde la gente acumula su basura, debido a que por las inmediaciones se realiza una feria, por las noches se volvió un baño público por la insuficiente iluminación, ocasionando quejas por el mal olor que desprenden los desechos, convirtiéndose en un foco de infección muy grande para los niños, además de dar un mal aspecto a la zona que por las mañanas es muy transcurrida, especialmente por estudiantes de la Ensamj.

OBJETIVO

En la actualidad, de acuerdo a los vecinos, el tren no tiene mucha utilidad, pero se tiene el objetivo de que, como junta vecinal, se presente un proyecto para que se pueda demoler todo lo que queda del tren, para construir una jardinera, un retén policial o algo que le sea de utilidad para el barrio.

Javier Ortiz, ya se encuentra en conversaciones para que el tren sea demolido, se construya un retén policial y una jardinera que brindarían mayor seguridad y un mejor aspecto a la zona.

El mensaje que nos dejan esta situación y las vivencias de este vecindario es "que, si una obra no se encuentra en la zona correcta, no cuenta con las medidas de seguridad adecuadas y el mantenimiento necesario, puede convertirse en un gran peligro para la ciudadanía en general, porque al ser un punto de encuentro para jóvenes de mala vida, no solo afecta a los vecinos, sino también a los transeúntes".