Mi tía Yuca me informó desde Irupana, risueña población de Sud Yungas que el presidente Evo dijo el sábado en un discurso que Bolivia se prepara para responder a una provocación bélica, noticia que me sorprendió y me obligó a limpiar y engrasar mi pistolita que guardo en mi colchón.
Cuando me hallaba ocupado en esta operación de limpieza y fumigado de mi instrumento bélico, apareció mi comadre Macacha quien al ver que ocultaba mi arma defensiva me preguntó qué hacía y qué escondía ante sus ojos, contestándole que no hacía nada malo y que sólo limpiaba y aceitaba mi pistolita que guardo hace años en mi colchón y que estaba oxidada por falta de uso.
A continuación le relaté mi conversación con mi tía Yuca, natural de Irupana y con tono reflexivo dije a mi comadre cochabambina: -Parece que soplan aires de guerra y conviene tener las armas en buen estado de limpieza y mantenimiento.
Al escuchar la palabra “guerra” ella se emocionó porque -como ustedes saben- ella es descendiente directa de una de las Heroínas de la Coronilla y le encanta combatir contra cualquier contrincante, como dice la canción deportiva del poderoso Club Bolívar.
Como la guerra es una cosa muy seria, Macacha se puso más seria que un revolver y me dijo: “Si como dices hoy soplan vientos de guerra sería muy peligroso para Bolivia que se junten con los aires fríos de este invierno pues gran parte de nuestros compatriotas se halla resfriada, lo cual tendríamos que informar al Capitán General de las Fuerzas Armadas del Estado Plurinacional, el Cabo Evo Morales”.
Le pedí que no hiciera bromas con el grado de Cabo al que llegó el presidente Evo cuando hizo su Servicio Militar porque también Adolf Hitler llegó a ser Cabo durante la Primera Guerra Mundial pero en la Segunda Guerra llegó a ser el Fhuerer y comandó a los a los ejércitos de Alemania.
Después de un diálogo muy serio acerca de una guerra que sería provocada por nuestros enemigos, Macacha y yo convinimos en que nuestro deber de bolivianos era contribuir a la defensa de nuestro territorio y ponernos a las órdenes de nuestro Capitán General de las FF.AA. y del Teniente General Álvaro García Linera.
Fue entonces que decidimos difundir las palabras presidenciales de estar preparados para la guerra si nos provocan algunos países belicistas y convocar desde la ciudad de El Alto a quienes saben tocar los “pututus”, que son los clarines de los aymaras para combatir defendiendo a Bolivia.
La cochabambina que no sabía de “pututus” me pidió que le describiera cómo son los "pititos", y tuve que explicarle su error porque no eran “pititos” los que llamarían a la guerra sino “pututus”, porque "pititos" son los que tocan los varitas del Tránsito y los árbitros del fútbol, mientras que los "pututus" son unos cuernos de toros que al ser soplados emiten unos sonidos broncos que retumban en las zonas montañosas. Pero Macacha no cesaba de reír al confundir los “pututus” con los "pititos" y también con los “pototos” que suelen producir ruidos.
Entonces, pido a mis lectores no sorprenderse si en los próximos días escuchan el sonar de los “pititos”, digo de los “pototos”, digo de los “pututus”, sin olvidarnos de los “petetes” ni de los “patatas”.
PAULOVICH
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