Gustavo Calizaya y su historia de vida muestran que el teatro es el arte que transmite muchas emociones

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Gustavo Adolfo Calizaya Cartagena, es un orureño de corazón, nació un 19 de agosto de 1990 y está marcando historia en el ámbito teatral y algunas actividades culturales dentro del municipio de Oruro.

Con tan solo 29 años Gustavo, realizó muchas obras de teatro y actividades culturales para realzar este arte que está desapareciendo con el tiempo y el avance de la tecnología. Siendo un claro ejemplo que las nuevas generaciones, aprecian el arte en todas sus dimensiones y que con perseverancia, esfuerzo y fuerza de voluntad se pueden abrir muchas puertas, dones que hacen de Gustavo y su historia de vida un modelo para inspirar a nuevas generaciones de artistas.

A pesar de que actualmente el teatro no recibe el apoyo que recibía en el siglo XX, aún existen muchas personas que se dedican a realizar esta tan maravillosa labor, para regalarle emociones a la gente que los vea y que el teatro vuelva a ser lo que una vez fue.

SU INICIO EN EL TEATRO

Su vida en el teatro, inició con la compañía teatral "Espuac", en unos talleres que ellos brindaban, para que la gente, en especial los jóvenes, conozcan este arte.

La principal escuela donde expandió sus conocimientos en teatro y se profesionalizó en esta noble labor, fue la escuela Jallalla que está ubicada a orillas del lago Titicaca en la comunidad Santiago de Huata del departamento de La Paz, siendo guiado por el director de dicha institución, Daniel Baptista, quien también es director de la compañía "Tabla Roja".

Al ver su talento, Gustavo fue invitado a formar parte del elenco, trabajando casi por un año en sus diferentes presentaciones alrededor del país.

De ahí, Gustavo, al ver los pocos espacios culturales que tenía el departamento que lo vio nacer, decidió crear su propio colectivo cultural al que lo denominó "Urus Delirium", nombre de una de las culturas más antiguas que tiene Oruro. Esto se debió a su intención de realizar ferias, festivales, concursos para el departamento de Oruro y que crezcan los espacios culturales de la ciudad.

Para él, hacer teatro no solo es una profesión, sino que también es su estilo de vida, siendo su principal oficio, pese a que realizó estudios superiores en la carrera de Derecho, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, dependiente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), siendo el teatro un escape y a la vez lo que lo conecta con el mundo y la realidad.

LO DIFÍCIL

Entre las dificultades que encontró Gustavo, al volver a Oruro, fue la falta de espacios culturales, siendo que la ciudad es rica en cultura porque tiene el Carnaval, "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad", pero, aparte del folklore, nuestra ciudad no tenía otros espacios para realizar arte.

Lastimosamente, Oruro no contaba con espacios para que los elencos teatrales enseñen teatro o presenten sus obras, siendo estos ambientes muy escasos como por ejemplo la Casa de la Cultura, el Paraninfo Universitario, el teatro Palais Concert, existiendo muy pocos en comparación a otros departamentos. Siendo una de las mayores peticiones que él tiene, como artista, abrir más espacios culturales.

Otro problema por el que se atraviesa es que al departamento no llegan, especialistas para capacitar a los artistas, y, si llegan, son muy escasos, por lo que los orureños tienen que viajar a otros departamentos para profesionalizarse en lo que se refiere a artes escénicas, es así como muchos artistas de Oruro emigran o, por falta de recursos económicos, dejan a un lado esta profesión.

La mayor dificultad con la que se enfrentan los artistas locales es el exiguo presupuesto, a nivel municipal y departamental, que se asigna a este tipo de actividades culturales, a diferencia de otras ciudades, como La Paz que existe el Fondo Concursable Municipal de Promoción al Desarrollo, Salvaguarda y Difusión de las Culturas y las Artes (Focuart), destinado a iniciativas culturales muy diferente a la situación que se vive dentro de nuestra ciudad, ya que la mayoría de los presupuestos están centralizados en el tema del folklore.

A pesar de lo mal que pintaba el panorama, Gustavo, junto a su colectivo, fueron cambiando lentamente esta perspectiva, presentándose en muchas horas culturales donde los invitaban, tanto la Casa de la Cultura "Simón I. Patiño", como la Alcaldía, esto se vio cuando actuaron al aire libre para el Día del Niño, tanto en la plaza Sebastián Pagador, la estatua de la Virgen de Socavón y al interior del museo "Simón I. Patiño".

EL COLECTIVO "URUS DELIRIUM"

El colectivo "Urus Delirium", nació el 2015, bajo la dirección de Gustavo Calizaya junto a siete miembros que querían reivindicar al teatro, y la necesidad de tener un mayor número de espacios culturales, ya que anteriormente no se tenía mucho además del folklore, siendo uno de los objetivos principales de este colectivo realizar un mayor número de arte dentro de la agenda cultural del municipio.

La próxima gestión cumplirá cinco años. Debido a que para cumplir con todas las actividades que ellos efectúan, necesitan recursos y personas, se unieron a diferentes instituciones para poder llegar a una mayor cantidad de público.

Este colectivo, siendo uno de sus mayores logros la Feria de Teatro Infantil "Wawa Teatro", la Feria Alternativa, el Festival de Historietas "Viñetas con altura", realizando muchas más actividades y ejecutar la soñada agenda cultural del departamento.

El colectivo realizó diferentes presentaciones, siendo la más destacable la que se hizo con la colaboración de la Embajada de Suiza, denominada "Los pueblos del agua", que hace referencia a la sequía que afecta al lago Poopó, llegando a ser nominada en los premios Eduardo Avaroa en la categoría "Mejor creación Joven".

Entre otras obras están "Pieza fallida", "Con los gestos no basta", teniendo programada una presentación para el mes de agosto.

El mensaje que nos deja Gustavo es que "el teatro es una oportunidad para ser sensibles y ser creativos, para vivir diferentes vidas, para encontrarse con diferentes mundos por eso es necesario que la gente se dé la oportunidad de ir al teatro, luego la gente ya verá si le gusta o no, pero les aseguro que siempre se irán con algo se va a ir con una sonrisa, con una lágrima y con una lección. Aparte de estar en contacto directo con los actores, viendo de manera directa lo que está pasando durante la escena".