Industrializar y exportar

Se trata de un tema sumamente importante para concretar planes de sostenibilidad económica en el país, dando mayor impulso al crecimiento de nuestra industria en todos sus rubros, desde los llamados tradicionales, como los otros que se van ampliando desde las pequeñas y medianas manufacturas, para incorporarse a la línea de las exportaciones.

La fórmula parece simple, aumentar la producción industrial y mejorar los volúmenes de exportaciones, lo que se traduce en mejores condiciones de orden financiero, con un movimiento más seguro de diversificación productiva y la venta al exterior de artículos con el sello de calidad "Hecho en Bolivia".

En realidad y en el momento actual, la mirada optimista va por esa vía de elevar la producción y acomodar la misma en mercados externos, pero, hay necesidad de bajar a la realidad y reconocer que sólo en algunos rubros podemos tener el gozo de aprovechar nuestra producción, teniendo seguridad de mercados externos ya comprometidos�pero, es un feliz comienzo.

Este que se da en el esquema industrial del país, necesita de una serie de estímulos para los emprendedores y la supresión de cargas y trabas que desalientan encarar proyectos de envergadura. Trámites burocráticos, aplicación de cargas sociales, impuestos desmedidos, larga espera para concretar la apertura de más mercados, son algunas de las imposiciones que con toda razón desalientan inversiones y postergan el avance de nuevos proyectos.

En los últimos días, dos referencias en materia de exportaciones, muestra una perspectiva alentadora para nuestra industria. Por un lado saber oficialmente que el Gobierno de Estados Unidos, amplió el cupo para la compra de azúcar boliviana, lo que permitirá a ese sector trabajar con mayor seguridad sabiendo que un alto porcentaje de su stock está comprometido al mercado del norte.

Otro anuncio también alentador se da en el caso de la exportación de productos cárnicos bolivianos al mercado de la China. Un hecho que se concreta tras larga gestión de verificación de calidad del producto, su sistema de manipuleo y cortes, conservación y embalaje para un largo viaje al otro lado del mundo, donde la carne boliviana pasará a convertirse en producto de alto consumo en el país más poblado del mundo.

Estos dos hechos concretos son el mejor referente en materia de crecimiento de la industria nacional (sectores) y la ampliación de cupos en el caso del azúcar y la apertura de un vasto mercado para la carne vacuna de Bolivia. En realidad se trata de un desafío a los empresarios bolivianos, para sostener y en todo caso mejorar su ritmo productivo, cuidando celosamente la calidad de los productos exportables, en este caso ambos como alimentos de primera necesidad.

Hay detalles que deben ser tomados en cuenta, escuchando a los directos protagonistas del proceso, es decir atendiendo a los industriales, que harán mayores esfuerzos por la sostenibilidad de producción y ventas, pero con la mira puesta en mayor rendimiento, para lo que se necesitan estímulos objetivos que se traduzcan en facilidades para mejorar tecnología y asegurar un mayor rendimiento, que pueda cubrir la demanda en más mercados del mundo.

Con los ejemplos concretos que mencionamos, hay necesidad de estudiar las alternativas para ampliar nuestra industria nacional, asegurar el uso de nuestras materias primas y convertirlas en productos de uso masivo y que en su caso reemplacen a las importaciones que todavía hacemos en el país. Hay que extremar la capacidad de nuestros profesionales para concretar más industrias y alto volumen de exportaciones.

Fuente: LA PATRIA