Julio sin plástico

En Oruro se ha declarado en el mes de julio la guerra contra el plástico, es decir, es un reto para comenzar a dejar de lado los objetos de un solo uso hechos de ese material, porque si bien en una época fue una buena idea para sustituir muchos envases de otros materiales que quizás no resultaban fáciles de usar o de transportar, pero la situación ha cambiado con los años.

La diferencia entre la época en que se inventó el plástico y nuestra era, es que antes se usaban pocos envases y eran reutilizados varias veces, pero en la actualidad los contenedores de plástico suelen ser de un solo uso, es decir, se utilizan una vez y luego se botan, lo cual ha ocasionado mucha contaminación, sobre todo en los ambientes naturales y se pone en peligro a muchas especies de animales, en especial los acuáticos.

En los mares, botellas pet inundan las aguas y ponen en peligro a los peces y otras especies acuáticas, en las playas las mismas botellas o bolsas de nylon asfixian a los animales y plantas que viven en tierra.

En lugares como los lagos también se ha puesto en peligro sus ecosistemas y, en otros lugares como el área rural de muchos países, sin ir lejos en Bolivia, vemos que las bolsas plásticas están volando de un lugar a otro, llevadas por el viento, contaminando y poniendo también en peligro a algunas especies terrestres.

En las ciudades, la situación no es más halagüeña, pues los envases hechos de diferentes plásticos, más livianos, más delgados o más gruesos, taponan las torrenteras, lo cual ocasiona inundaciones en las épocas de lluvia.

En ocasiones especiales como los desfiles y la entrada del Carnaval de Oruro, se puede ver cómo proliferan las botellas pet y otros envases plásticos, que pudieran ser reciclados, reutilizados y reducidos, más allá de la advertencia de que las partículas de plástico causan enfermedades que muchas veces pueden derivar inclusive en el cáncer.

España es el país número uno en reciclaje de envases hechos de este material, que es tratado con diferentes procesos y se construyen otros objetos, transformando las botellas pet en forros polar o latas de refresco en llantas para bicicletas.

Lo mismo se puede hacer en Bolivia, es más, en Cochabamba un hombre transforma el plástico en mangueras y hay personas que convierten las bolsas nylon en joyas artesanales, todo es cuestión de usar la imaginación y las posibilidades de reutilizar y reciclar el plástico son infinitas.

Fuente: LA PATRIA