Se entiende que el amigo imaginario es alguien que no existe en la realidad, pero que los niños vivencian como si fuera real. El amigo imaginario puede ser de distinta naturaleza y puede "tomar la forma" de una persona, animal o cosa. En ocasiones, puede ser un objeto no ficticio, como un peluche, una muñeca u otro juguete, con el que los niños, luego de fantasear un espacio determinado dentro o fuera de la casa, juegan, conversan, discuten y hasta pelean.
Se entiende que el amigo imaginario es alguien que no existe en la realidad, pero que los niños vivencian como si fuera real. El amigo imaginario puede ser de distinta naturaleza y puede "tomar la forma" de una persona, animal o cosa. En ocasiones, puede ser un objeto no ficticio, como un peluche, una muñeca u otro juguete, con el que los niños, luego de fantasear un espacio determinado dentro o fuera de la casa, juegan, conversan, discuten y hasta pelean.
Los niños, tanto en su vida real como en sus juegos, pueden hacer alarde de personajes y situaciones imaginativas, no pocas veces delirantes, en vista de que su percepción cognitiva del mundo que le rodea se diferencia del pensamiento lógico y racional de los adultos, quienes, con frecuencia y quizás de manera involuntaria, olvidan que los niños tienen su propio mundo hecho de ilusiones y fantasÃas.
Cuando se observa el juego de los niños, que se desarrolla casi siempre en un escenario creado por la fantasÃa, se advierte que su imaginación no conoce lÃmites espaciales ni temporales. El escenario donde se ejecutan las acciones, en compañÃa de los amigos imaginarios, existe sólo en la mente de quienes determinan, además, el rol que desempeñarán cada uno de ellos mientras dure el juego, debido a que esta etapa está marcada por el egocentrismo, basada en el "mÃ", "mÃo" y "yo", lo que significa que los niños tienen dificultad en considerar el punto de vista de los demás.
La invención de los amigos imaginarios, aparte de ser una suerte de experimento lúdico en la actividad de los niños, es la mejor manera de poner a prueba el poder de la fantasÃa, capaz de romper con los formalismos lógicos y hacer trizas el racionalismo de quienes ponen en duda el "pensamiento mágico" del mundo infantil, donde los sujetos y objetos inanimados cobran vida como por arte de magia. Esto demuestra que una de las principales caracterÃsticas de los infantes es su capacidad de crear juegos con los recursos propios de la imaginación, que no es una facultad adquirida sino innata en los seres humanos.
Si los adultos no fantasean con un amigo imaginario, no al menos en presencia de sus amigos del mundo real, es por el temor a que los tilden de perturbados mentales o desquiciados psÃquicos. Lo mismo le ocurre cuando les llama la atención algún libro de la literatura infantil. Si lo leen, lo hacen a hurtadillas por el temor a ser descubiertos por otros adultos, que los tratarÃan como personas inmaduras o proclives al infantilismo.
Los niños dicen que se imaginan amigos por el puro placer que sienten. Les encanta la fantasÃa. Estos niños gozan de la interacción social, de modo que si no pueden encontrar a un compañero de juegos en la realidad, se inventan uno. Los amigos imaginarios suelen acompañarlos, sin pedirles nada a cambio, en sus momentos de soledad y necesidad existencial. De ahà que los niños que son hijos únicos, a tiempo de empezar un determinado juego, suelen tener la necesidad de buscarse amigos imaginarios, para sustituir la ausencia de una hermana o un hermano.
Los adultos, ya sea en el plano familiar o escolar, deben considerar que los amigos imaginarios, que aparecen en la mente de los niños durante el proceso del juego, se van tal como llegaron. Además, siguiendo las teorÃas de Jean Piaget, los amigos imaginarios suelen desaparecer cuando los niños se encuentran en el "estadio de las operaciones concretas", entre los siete y los doce años de edad, porque su desarrollo emocional, lingüÃstico e intelectual le permite diferenciar la realidad de la fantasÃa.
Entonces queda claro que los amigos imaginarios, que aparecen en "estadio pre-operacional" del desarrollo cognitivo, en el que los niños no comprenden la lógica concreta ni pueden manipular mentalmente la información abstracta, desaparecen automáticamente cuando ingresan a otra etapa de su desarrollo intelectual, al denominado "estadio de las operaciones formales", porque dejan de tener un "pensamiento mágico" y pasan a tener un pensamiento más lógico y racional como la de cualquier adulto.
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