Alcaya, sus ruinas y su misterio

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Uno de los lugares emblemáticos que tiene el Sur del departamento de Oruro, es sin duda alguna Alcaya. Es un lugar excepcional y digno de visitar, se encuentra al Sudoeste del municipio de Salinas de Garci Mendoza en la provincia Ladislao Cabrera.

Alcaya es una especie de ciudad de piedra dormida en el tiempo. Si bien hay vestigios de quiénes pudieron ocupar ese sitio, existen muchas interrogantes acerca de su construcción.

El lugar es muy peculiar, para llegar allí se debe atravesar todo un camino de tierra, posteriormente se encuentra una pequeña selva, cuya característica es tener un microclima, en cuyo espacio hay un pequeño torrente de agua, además de flores, cuyo aroma hace de ese sitio en uno mágico y maravilloso.

Salir de allí es encontrarse nuevamente con el árido altiplano y el paisaje pintado de thola, yareta y paja brava, con amigas curiosas como las llamas que de vez en cuando se las encuentra al pie de la ciudad enigmática.

Luego el ascenso se lo hace por escaleras de piedra, construida hace tiempo inmemorial. A media que se sube se observan una serie de edificaciones hechas de piedra, cactus, con una sola entrada que parece ser puerta y ventana al mismo tiempo.

Algunos guías decían que esas casas de piedra eran edificadas de esa manera, porque los habitantes de Alcaya tenían piernas largas. Es solo una teoría. En el camino se observar utensilios hechos de cerámica, de hueso, tejidos, y por su puesto se encuentran cráneos humanos, cuya costumbre es arrojarles hojas de coca y echarles alcohol para ch´allar y pedir permiso para visitar el lugar.

En la parte superior, está una especie de cementerio subterráneo, donde se encuentran varios cráneos humanos y huesos, conservados pese al paso del tiempo. Las tres momias que antes estaban sin protección, ahora se las puede ver en medio de un enmallado, los pobladores actuales decidieron protegerlas de esa manera, ante el saqueo indiscriminado de los ocasionales visitantes al legado de Alcaya.

Luego el descenso es más fácil, recibir la brisa fría del altiplano, refresca el rostro sudoroso del esfuerzo físico realizado. Al final se queda en la mente y el corazón aquel lugar único existente al Sur de la Alta Tierra de los Urus.

Fuente: LA PATRIA