Debates públicos y amnistía general

En el actual periodo pre-electoral, deberían cumplirse algunas normas que hace años (más de 12) eran obligación de candidatos y de Gobierno para dar credibilidad al electorado en torno al respeto de la Constitución Política del Estado (CPE) y de la pertinente convocatoria a elecciones que incluía algunas recomendaciones favorables además al respeto de los derechos ciudadanos.

Algo que es importante que se tome en cuenta y en este modelo vigente por parte del partido gobernante, es dictar una amnistía general que favorezca la libertad de presos políticos y que además frene en seco la persecución y el acoso de dirigentes políticos, se supone de oposición, para permitir a todos los competidores una instancia de renovación política que les permita acercarse al electorado sin trabas de ninguna clase.

Así la competencia electoral, será realmente una instancia de práctica de los valores democráticos en pos de "instalar" un renovado equipo gubernativo o mantener el actual, bajo las condiciones y consecuencias conocidas, de ahí que cuando se menciona la posibilidad de lograr un cambio, se exige también la participación de los principales dirigentes o candidatos en debates públicos que sirvan para conocer de voz directa los programas elaborados para proponer al soberano un programa de gobierno que atienda sus necesidades.

No es "saludable" evitar o eludir debates públicos entre los candidatos a la presidencia y vicepresidencia del país, hay que escuchar sus propuestas en el marco de programas que garanticen respeto entre los participantes los que además deberán responder ciertas inquietudes de la población, a través de portavoces que serán parte de estos eventos, que como en otros países son parte ineludible de la complementariedad democrática y una alternativa para conocer directamente a los candidatos, los que por supuesto deben estar convenientemente preparados para responder al reto del debate público.

La salida excluyente de algunos candidatos pone en duda la seriedad de sus programas, pues no es lo mismo propalarlos por medios de comunicación afines, que están obligados y supeditados a las normativas de los candidatos oficiales, otra cosa es la presencia y exposición abierta de los candidatos en un escenario rodeado de electores librepensantes, que esperan respuestas claras a problemas, inquietudes y expectativas de lograr mejores condiciones de vida.

Cuando se habla del futuro eleccionario en nuestro país, las dudas crecen en la medida que el �rgano Electoral, totalmente debilitado en su conformación y por lo mismo carente de la confianza ciudadana, no alcanza a normar condiciones complementarias y efectivamente democráticas, como los debates entre candidatos, no por gusto de hablar, sino por obligación de exponer de cara al pueblo, los programas que supuestamente favorecerán a la colectividad y que son viables en su cumplimiento, partiendo por exponer las medidas que garantizarán, honestidad, justicia, libertad y pleno respeto a la Carta Magna.

La amnistía que se plantea será otra alternativa para que dirigentes políticos encarcelados o exiliados retomen su derecho ciudadano y puedan ser parte de un proceso en el que la ciudadanía mediante el voto les devuelva derechos y garantías constitucionales para incluirse en la disputa del voto ciudadano.

Los debates públicos y una amnistía, son elementos que mostrarán a los políticos en la verdadera faceta de su responsabilidad democrática, de su capacidad y voluntad de escuchar al país, sirviendo a su población y respetando sus derechos y libertades, que están consignadas en la CPE.

Fuente: LA PATRIA