Corrupción una gran preocupación

Cuando se habla del tema, generalmente las mayores evasivas corresponden a dependencias que son parte del aparato de la administración pública y las más afectadas por denuncias de la ciudadanía, en la mayoría de los casos; sucede que otra fuente que estremece a muchos funcionarios del Estado se "filtran" entre colegas de trabajo, por diversas causas, con detalles que revelan un mal trabajo en la administración y el cuidado de los bienes públicos, que son propiedad de todos los bolivianos y cuya custodia no siempre está en manos de eficientes funcionarios, de ahí el crecimiento de corrupción, en una escala de arriba hacia abajo, comprometiendo a "gil y mil" en el uso arbitrario de los bienes públicos.

Sin lugar a dudas, la corrupción es uno de los mayores problemas en algunos niveles del amplio aparato estatal, pero la frecuencia y magnitud de algunos hechos llegan a conocimiento de la colectividad y entonces se convierte en una masiva preocupación, pues se trata del modo que se quiera ver el asunto, de un flagrante atropello a la propiedad de todos los bolivianos.

Cuando se llega a esa instancia, predomina el común denominador de una opinión generalizada de la ciudadanía lamentando la afectación indirecta a sus bienes, poniendo en riesgo la economía nacional, algo que involucra a todos porque son los recursos que pudieron servir para soluciones de orden social y que se pierden en obras intrascendentes sin efecto de masivo beneficio comunitario.

Hay grandes problemas en el país que no han sido resueltos en muchos años y repentinamente surgen programas pretendidamente "salvadores", como los anunciados con la construcción de decenas de hospitales, para el servicio público de salud e incluso para el que corresponde a la seguridad social y cuya infraestructura, con todas sus deficiencias pertenece a millones de bolivianos aportantes a la seguridad social, hombres y mujeres y sus dependientes, que se enteran asombrados del descubrimiento estatal, de que existe un alarmante déficit de estructura hospitalaria y de implementación de esas redes de salud incompletas e incompetentes. La solución al problema da vueltas envolviendo todo el sistema en corrupción.

El rubro de la educación, tiene limitaciones muy notorias en lo que corresponde a la infraestructura del sistema fiscal, añadiendo por supuesto la deficiencia en materia de implementación y cobertura adecuada de ítems para centenares de maestros desocupados, manejar este sistema también tiene recovecos de corrupción.

Pero más allá de una serie de hechos denunciados por malversación de recursos económicos, fondos de los bolivianos mal empleados, hay otra corriente superior en la que se incurre en una abierta forma de despilfarrar los recursos del Estado, incluso aquellos que de algún modo estuvieron siendo parte de una orgullosa "reserva fiscal", la que ha bajado peligrosamente en el último tiempo, poniendo en riesgo el respaldo estratégico a nuestra economía.

En el esquema operativo y en las preferencias que se espera puedan ser atendidas, hay más dificultades que facilidades para mover fondos públicos e impulsar proyectos estratégicos de desarrollo sostenible. Sin ir muy lejos, falta una política de equidad para disponer fondos que permitan encarar de veras una reactivación de la gran minería nacional, sin embargo se gastan algunos fondos, allí donde el efecto tiene sentido proselitista y no utilidad de mediano y largo plazo con rentabilidad social, allí donde los fondos públicos tendrían mejor efecto en una política de beneficio colectivo, para vivir mejor. La corrupción es un mal endémico que afecta a muchos gobiernos, incluyendo el nuestro.

Fuente: LA PATRIA