El pasado 17 de abril de 2019 se aprobó el Decreto Supremo N° 3874, que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación de la Soya HB4 y la Soya Intacta, destinadas a la producción de Aditivos de Origen Vegetal - Biodiesel, obviando procesos de evaluación y análisis de riesgos en los ecosistemas, la biodiversidad, la salud y en lo socioeconómico y pese a que en Bolivia no hay una ley que autorice el uso de transgénicos. El pasado 18 de junio venció el plazo para la aplicación del mencionado Decreto.
Alarmados ante esta situación, Gadir Lavadenz de la Alianza de organizaciones de la sociedad civil del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y MarÃa Julia Jiménez de Slow Food Bolivia, fueron convocados al set de Erbol para tomar la palabra y abordar este polémico tema en el programa Verdades Ocultas: La Hora de la Naturaleza, junto a Fabrizio Uscamayta de Eco Tambo.
Lavadenz explicó que en los últimos informes de Cambio Climático del CDB está claramente establecido que "las posiciones basadas en la tecnologÃa como los transgénicos, la geoingenierÃa u otras, no son viables y que el principio precautorio es un mandato para impedir que ingresen semillas sin que se demuestre con evidencia cientÃfica, técnica y actualizada que no causarán daños en la salud, en la sociedad, en nuestro sistema humano y biótico, en los ecosistemas y que no pueden lanzarse por el lucro sustancias que nos van a impactar".
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Lavadenz explicó que en los últimos informes de Cambio Climático del CDB está claramente establecido que "las posiciones basadas en la tecnologÃa como los transgénicos, la geoingenierÃa u otras, no son viables y que el principio precautorio es un mandato para impedir que ingresen semillas sin que se demuestre con evidencia cientÃfica, técnica y actualizada que no causarán daños en la salud, en la sociedad, en nuestro sistema humano y biótico, en los ecosistemas y que no pueden lanzarse por el lucro sustancias que nos van a impactar".
¿El proceso de análisis y evaluación de semillas que se van a introducir toma de 3 a 5 años, entonces a través del Decreto qué se quiere abreviar? Cuestionó MarÃa Julia Jiménez.
En el año 2001, mediante la Ley N° 2274, Bolivia ratificó su adhesión al Protocolo de Bioseguridad de Cartagena (Montreal - 2000) que en su ArtÃculo 1 determina "Â? garantizar un nivel adecuado de protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización seguras de los organismos vivos modificados resultantes de la biotecnologÃa moderna que puedan tener efectos adversos para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana...".
El problema es que, si bien se reconoce esta realidad y existen los mandatos, llegado el momento no se cumplen -dijo Gadir Lavadenz- porque afectan a un modelo económico impuesto por grandes transnacionales, que sin estar reguladas movilizan millones para hacer un lobby internacional, interfieren con los estudios y las investigaciones encubriéndose en un supuesto "crecimiento y desarrollo", pero que en realidad están atentado contra los ecosistemas, la biodiversidad, la salud y están fomentado la inequidad.
"En el caso de Bolivia se ha demostrado que no tiene sentido producir con transgénicos porque no se ha mejorado el rendimiento y lo único que se ha logrado incrementar significativamente es la cantidad de glifosato, estamos utilizando más agroquÃmicos", explicó Fabrizio Uzcamayta a tiempo de señalar que el 34% de los suelos de Santa Cruz (donde se cultivan más transgénicos) están en proceso de desertificación a causa de este modelo de producción agroindustrial. Si a esta situación sumamos los impactos ambientales por el cambio climático, el aumento de agroquÃmicos y la autorización de uso de nuevo transgénicos por proceso abreviado, es decir sin medir ningún impacto, entonces de ninguna manera estamos hablando de desarrollo ni de alimentación, sino de grandes negocios, concluyó.
Fuente: La Paz, 28 (Erbol)