Veamos algunos pasajes bÃblicos que revelan esta buena noticia. A nuestro juicio el más importante se encuentra en el evangelio de Juan, el discÃpulo amado de Jesús, que tuvo el privilegio de ser, juntamente con la Virgen MarÃa y algunas santas mujeres, el testigo oyente de las palabras de Jesús, moribundo en la cruz, revelando un gran secreto (Jn 19,25-37): Viendo Jesús a MarÃa, su Madre, y junto a ella al discÃpulo a quien amaba, le dice a la Madre. "Mujer, he ahà a tu hijo". Luego dice a Juan: "He ahà a tu Madre". Y desde aquella hora el discÃpulo la tomó consigo.
Veamos algunos pasajes bÃblicos que revelan esta buena noticia. A nuestro juicio el más importante se encuentra en el evangelio de Juan, el discÃpulo amado de Jesús, que tuvo el privilegio de ser, juntamente con la Virgen MarÃa y algunas santas mujeres, el testigo oyente de las palabras de Jesús, moribundo en la cruz, revelando un gran secreto (Jn 19,25-37): Viendo Jesús a MarÃa, su Madre, y junto a ella al discÃpulo a quien amaba, le dice a la Madre. "Mujer, he ahà a tu hijo". Luego dice a Juan: "He ahà a tu Madre". Y desde aquella hora el discÃpulo la tomó consigo.
No es la primera vez que la designa asÃ. Ya lo hizo en las bodas de Caná de Galilea donde Jesús con sus discÃpulos y MarÃa con sus parientes estaban invitados como amigos de los novios (Jn 2). MarÃa, mujer previsora, se dio cuenta de que escaseaba el vino, seguramente por haber demasiados invitados, lo cual podrÃa llegar a una crÃtica generalizada que habrÃa estropeado la fiesta. Para evitarlo, MarÃa le dice a su Hijo: "No tienen vino", insinuándolo que haga algo.
Más adelante MarÃa y los hermanos de Jesús (más bien hermanastros) fueron a recogerlo y llevarlo a casa para evitar que fuera perseguido y encarcelado por sus enemigos. Sin embargo, Jesús optó por continuar su misión de evangelizar, aclarando que quienes cumplen la voluntad de Dios son su madre y sus hermanos (Mc 3, 31-33).
En otra ocasión Jesús, al escuchar a una mujer entusiasta que le gritó: "Feliz el vientre que te llevó y los pechos que mamaste", respondió: "Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan" (Lc 11,27). Con ello Jesús hace ver que el verdadero vÃnculo con Ã?l no es biológico, sino espiritual. Ã?l se consideraba como el novio que invita a su boda: "¿Pueden estar tristes los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos?" (Mt 9,15).
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