Incentivos para captar inversiones

Todo tiempo es bueno si se lo aprovecha oportuna y eficientemente, como en el caso que plantea el empresariado privado, para aplicar ajustes urgentes al modelo económico en vigencia, de modo que se abra un abanico de oportunidades para captar inversiones que impulsen diferentes sectores del sistema productivo nacional.

La referencia de tiempo es ineludible considerando que este año, por su "condición electoral" puede ser limitativo a los fines de establecer ciertos cambios en el sistema que políticamente puede mantenerse hasta el tiempo de elecciones, sin tomar medidas de ninguna clase y menos algunas que pudieran alterar la situación de la ciudadanía frente a las obligaciones regulares de orden familiar o la necesidad de contraer compromisos de corto o mediano plazo, en un periodo de marcada incertidumbre, cuyo esclarecimiento demorará más de tres meses.

Sin embargo en criterio de los empresarios, el Gobierno debería aprovechar la coyuntura para proponer y ejecutar un programa de incentivos de distinto orden como los referidos a las obligaciones tributarias, las obligaciones arancelarias, planes para el diferimiento de pagos de obligaciones en mora (perdonazo) y por el otro lado, la invitación a inversionistas para que puedan disponer capitales, pero bajo condiciones de amplia seguridad jurídica y las mejores condiciones de ubicación y asentamiento de nuevos emprendimientos industriales o la ampliación de algunos que necesitan expandirse para cumplir sus expectativas.

Aplicar un modelo renovador en materia del control y el buen uso de los recursos estatales y el añadido estratégico de capitales privados, más tecnología y experiencia de estos últimos, podría plantear al electorado nacional una sana intencionalidad de mejorar el aparato productivo, favoreciendo a los sectores industriales, mostrando la opción de crear nuevas fuentes de empleo y una clara posición de modernizar el sistema tributario, de modo que se generalice el pago de impuestos por parte de todos los bolivianos, pero de manera equitativa y en función a las condiciones económicas de los sectores que generan utilidades y que ahora se diluyen por la evasión del sector informal, la competencia del contrabando y la falta de normas apropiadas para mover activamente un sistema tributario de excelencia social.

Parecería un sistema sumamente complejo para desarrollarlo en poco tiempo, sin embargo; los analistas coinciden en que teniendo la idea debidamente estructurada, su aplicación será cuestión de cierto tiempo, pero la idea del cambio y su implementación serían parte de un compromiso que más adelante deberá cumplirse bajo cualquier circunstancia política pues se tratará de un sistema dirigido a mejorar la condición social de la comunidad.

La figura del tiempo presente no es de las mejores, hay varios problemas y "cuellos de botella" que hacen difícil el emplazamiento de nuevas empresas, garantizando sus inversiones y dando movimiento a la creación de empleos seguros, la forma más directa de combatir la negativa informalidad. Se sugiere y el asunto es cuestión de medidas, reglamentar la Ley de Inversiones, pulir detalles como garantizar seguridad jurídica a toda inversión, hacer más dinámica la operabilidad de gestiones administrativas, liquidando la tramitología burocrática y haciendo realidad la ampliación del universo de contribuyentes, bajo condiciones de rendimiento colectivo para apoyar al país y su necesario crecimiento con efectividad, eliminando las perniciosas condiciones de corrupción e incumplimiento de legalidad.

Siempre hay un buen momento para proponer cambios efectivos, este parece el mejor para comenzar a modificar nuestro angurriento modelo económico.

Fuente: LA PATRIA