El divorcio

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Muchas veces cuando se escucha la palabra divorcio, nos remonta a malos momentos y muchas veces al fracaso ante la unión de dos personas que en algún momento decidieron unir sus vidas en matrimonio, realizando promesas conforme a su idiosincrasia, pasando situaciones agradables como desagradables, buenas y malas, así como la construcción de una familia, en donde no solo están implicados los esposos, sino también los hijos, y todo el entorno familiar, laboral, social y otros. Pero qué pasa cuando el matrimonio es insostenible y el divorcio se consolida siendo un cierre de ciclo, en donde la ex pareja no solo tendrá que lidiar con la guarda o custodia de los hijos (si los hubiera), sino con los bienes materiales y otros legales. Mas aun importante es la estabilidad emocional y conductual del paciente, es decir, su salud mental, ya que el divorcio implica afectación psicológica, baja autoestima o auto concepto, desesperanza, ansiedad, depresión, alcoholismo u otros síntomas o psicopatologías, dependiendo de cada persona y la asimilación de este proceso, que en muchas ocasiones se asimila con el duelo, por perder o separarse de algo significativo o las expectativas que cada miembro de la pareja espera.

Por lo mismo abordaremos el proceso de ruptura del divorcio y las etapas a nivel psicológico y emocional que suelen pasar cada uno de los ex esposos, dependiendo también la situación o causas por las que se llegó al divorcio.

La negación: En la primera etapa de divorcio es difícil aceptar esta situación, suele existir negación a la realidad e incluso pensar en recuperar lo perdido, actuando a la defensiva como mecanismo de protección.

La ira, rabia o renegar: Pasada la etapa de negación, la persona empezará a sentir rabia e ira hacia la otra persona (expareja) o hacia sí misma, teniendo sentimientos de intolerancia y frustración. Incluso tiende a culpar por la situación con justificación o sin ella a otras personas. También implicará resentimiento e ideaciones de venganza que con el tiempo irán disminuyendo hasta desaparecer, lo cual es lo esperado.

La negociación: Etapa compleja, pues la persona intenta entender a la ex pareja y la situación general por la que está pasando, muchas veces hay acercamiento para recuperar lo perdido, pero tiende, en muchas ocasiones, a existir frustración si no se dan las cosas como se planean.

La depresión: el hecho de aceptar o querer aceptar la realidad, que todo está perdido y que no se recuperará todo lo construido y prometido con su pareja y todas las implicaciones familiares, sociales u otras, implica labilidad emocional y puede llegar a depresión, ansiedad u otros.

La aceptación: El tiempo es muy importante para el proceso de separación, para volver a construir, acomodarse y adaptarse a la nueva situación, la asimilación y volver a la realidad y reflexionar sobre la situación pasada, le permitirá avanzar y construir un plan de vida, no busca estar con la otra persona y prioriza su bienestar físico y sobre todo mental.

Cualquier proceso de divorcio, requiere apoyo psicológico terapéutico, pues como se explicó anteriormente, se puede generar psicopatologías y hasta trastornos mentales si no se tiene la capacidad de continuar funcionalmente sin la pareja y con la nueva estructura familiar, así también es conveniente el apoyo psicológico a los hijos y a su entorno inmediato.