¿Quién puede concebir una idea diferente a los genios de la irreverencia fascista? Se equivocan porque no parten del principio revolucionario de la concepción del cambio. ¿En qué creen a partir de su absurdez reaccionaria? Solamente se hace presente su dogma en la imposibilidad del cambio. Esa es su convicción y su idea reaccionaria. La burguesía existe per se, se ha creado a partir de su convicción de clase revolucionaria, cuando en los hechos no hace más que ratificar su incompetencia histórica. Su doblez teórica y política no tiene disculpa. Se humilla ante los oligarcas fascistas y cumple su rol de clase reaccionaria.
La condición y situación de clase surge a partir de una evolución histórica. ¿Por qué Marx pronosticó la muerte de la burguesía? Porque estaba obligado a reconocer la infalibilidad de su pensamiento. ¿Acaso él podía llorar sobre su propia causalidad? ¿El más grande genio de la historia debía renunciar a su hito? ¡Nunca jamás! Y Marx señala con claridad diáfana: "La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario". ¿Y en qué consiste este papel?: "La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero". La burguesía es hipócrita porque lleva en su alma el germen de la reacción, sigue siendo pseudo-revolucionaria, pero para su propio beneficio egoísta. En cambio, la clase media se caracteriza por su arraigo a la Patria.
La condición y situación de clase surge a partir de una evolución histórica. ¿Por qué Marx pronosticó la muerte de la burguesía? Porque estaba obligado a reconocer la infalibilidad de su pensamiento. ¿Acaso él podía llorar sobre su propia causalidad? ¿El más grande genio de la historia debía renunciar a su hito? ¡Nunca jamás! Y Marx señala con claridad diáfana: "La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario". ¿Y en qué consiste este papel?: "La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero". La burguesía es hipócrita porque lleva en su alma el germen de la reacción, sigue siendo pseudo-revolucionaria, pero para su propio beneficio egoísta. En cambio, la clase media se caracteriza por su arraigo a la Patria.
Los ricos de la clase alta piensan en sus vacaciones en Europa o Estados Unidos y los pobres de mente son unos resentidos sociales que solamente piensan en venganzas baratas y no en construir una nueva sociedad. Sin el cambio de las relaciones de producción y de las fuerzas productivas no se justificaría su existencia. Existe para transformar, pero su vigencia es parcial porque se caracteriza por su egoísmo. Sin embargo, ha constituido a la clase que la debe derrotar definitivamente. Y no porque los obreros hubieran sido genios de la naturaleza. Tuvieron graves limitaciones, resultado de su ignorancia intelectual, pero en su momento eran detentadores del cambio revolucionario por su condición de explotados, función que hoy debe asumir la clase media porque la clase obrera no es más revolucionaria y nunca podría ser lo que ha quedado en el basurero de la historia. Las clases son lo que una realidad histórica les adjudica.
El papel de la burguesía era revolucionario, pero al explotar cruelmente al proletariado se hizo partícipe plena de la injusticia aberrante. Podía ceder en sus intereses económicos, aunque sólo sea parcialmente, distribuir el excedente económico de manera más equitativa, pero no lo hizo por su egoísmo impertérrito. Y desató las fuerzas que terminarán acabándola, aunque sea dentro de cien o doscientos años: Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también a los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos: "los proletarios de cuello blanco". No obstante, ¿quiénes son los proletarios, los individuos despojados de modos de producción, los que dependen de su fuerza de trabajo intelectual y productiva, los que venden su fuerza de trabajo al dueño de la propiedad, el Estado? La condición de obrero o proletario no es suficiente para creerse la fuerza redentora de la sociedad. Hay que ser capaz de enfrentar al enemigo para reivindicar a todas las clases explotadas, sino no se justifica ninguna lucha. Hay que ser contestatario y vanguardia de la lucha por el poder, hay que tener condición de clase y no solamente la situación de clase que deja de ser suficiente a la luz de la tozuda realidad.
El proletariado debería ser la clase rectora: Marx y ?ngels no pudieron anticiparse a la degeneración de una clase que en su tiempo fue explosiva, sin embargo; no carente de flaquezas que surgen en la lucha. Hoy en día el proletariado de overol se ha depauperado para dar paso a la clase media como portadora del cambio revolucionario.
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