Hace pocos dÃas, SOL.BO jaqueó las intrigas del Movimiento al Socialismo, MAS, al lograr revertir una encerrona polÃtica apostando por una salida que puede ser muy significativa para el futuro de la polÃtica local, siempre y cuando la principal protagonista logre equilibrar lealtad- valor escaso- con el deber de fiscalizar y, si es necesario, censurar acciones incorrectas del ejecutivo municipal.
La flamante presidenta del Concejo Municipal de La Paz, Andrea Cornejo Vargas representa la presencia de tres minorÃas que suelen estar ausentes en los debates para el desarrollo de Bolivia. En primer lugar, es mujer y llegó al poder desde el activismo adolescente por los Derechos Humanos hasta ser candidata por invitación de Luis Revilla.
Cornejo tuvo que vencer muchos desafÃos desde que fue diagnosticada con una enfermedad degenerativa de las neuronas motoras inferiores, la atrofia muscular terminal tipo dos. Estudiar, bailar, aprender, discursear, todo desde un espacio pequeño.
La conocà en talleres culturales donde inauguró alguna mesa o en otras actividades municipales y me sorprendió su cultura general, la voz serena y segura.
Sin embargo, tendrá que exprimir su valentÃa y su inteligencia para culminar una gestión exitosa en un año electoral, donde el burgomaestre Luis Revilla es la vÃctima preferida, además de su esposa en más de una ocasión, de campañas destructivas, como ya describimos en varias oportunidades.
Al mismo tiempo, como máxima autoridad del órgano de fiscalización en el poder local no debe esconder o maquillar situaciones que presentan indicios de poca transparencia o de falta de control interno.
Además, le toca mostrar que las mujeres en la polÃtica pueden desarrollar su propio pensamiento. Apodada la "guerrera de la alcaldÃa", hasta ahora destacó por luchar por sus ideales y por buscar una ciudad amable. Ahora tiene la oportunidad de avanzar aún más.
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