Inequidad en el sistema impositivo

No es ninguna exageración señalar que en cualquier latitud del mundo, los impuestos o los tributos fiscales son elementos imprescindibles para el sostenimiento de la economía de cualquier Estado y bajo la forma de gobernabilidad, que aplicada circunstancialmente son el fiel reflejo de la organización administrativa que respetando derechos cobra tributos a sus ciudadanos o los aplica de manera vertical y sin contemplaciones, como también hay sistemas de contribución tributaria que responden a las instancias de formatos atrabiliarios en que predominan imposiciones políticas que distorsionan el sentido de la contribución tributaria "regulada, reglamentada y equitativamente programada" por otra ineficiente, caótica e inequitativamente aplicada.

Como establezca un gobierno el funcionamiento de su sistema tributario, el objeto del mismo es la recaudación de dinero que tiene por objeto "llenar las arcas del Estado", pues con esos mismos fondos provenientes del pueblo, se atenderán sus necesidades, pero además se cubrirán los "gastos exclusivos" que demanda cualquier administración pública.

Concebido como tal el sistema impositivo, el modelo del mismo depende de los elementos que compone el proceso de "cobrarle obligadamente" una cuota parte de sus ingresos al ciudadano, tomando en cuenta su condición de empresario, trabajador independiente, funcionario público o de otra categoría que pueda ser objeto necesario de contribuir al sustento financiero de su país, sin que tal proceso signifique cobrar inadecuadamente esa contribución que merece una reglamentación que valore justicieramente la capacidad de pago al Estado, luego de cubrir sus elementales obligaciones de subsistencia familiar, personal y/o empresarial.

Ahí es donde emerge un factor preocupante cuando se menciona el sistema impositivo de Bolivia, considerado como uno de los más ineficientes a nivel mundial, según la escala de calificaciones de la Doing Business (Haciendo Negocios) que trabajó en un documento requerido por el Banco Mundial (BM), para calificar los sistemas de impuestos del mundo, en el que nuestro país ocupa el lugar 186 entre 190 investigados.

A propósito de ese estudio que fue difundido profusamente en los sistemas de análisis económico, financieros y tributarios, se contemplan algunos de los problemas que son más recurrentes cuando se observan las disposiciones y arbitrariedades de un sistema de impuestos totalmente inequitativo, pues sólo cierto porcentaje del comercio legal paga impuestos, bastante elevados, mientras un alto porcentaje de un comercio ilegal que alienta el contrabando, trabaja en el esquema de la informalidad, evadiendo un millonario ingreso para el Estado.

Un detalle sobre la forma ineficaz de la aplicación de impuestos en nuestro país que añade la referencia del ranking "Haciendo Negocios", puntualiza que en Bolivia se aplican y se cobran 42 diferentes impuestos en un año, mientras el promedio de otros países de la región es de 27 impuestos y en países desarrollados baja el número a sólo 11 impuestos y el caso de Hong Kong considerado como el sistema más adelantado y eficiente del mundo, sólo cobra 3 impuestos diferentes en un año y por contribuyente.

Por supuesto que las diferencias entre los países del globo son diferentes, aunque el objeto de la tributación impositiva es el mismo, pero en diferentes condiciones que pueden hacer más efectivo el sistema y menos duro para los que cumplen responsablemente, mientras un enorme contingente de ilegales elude sus pagos, evade al fisco y vive feliz.

Fuente: LA PATRIA