Tendencias mundiales en exploración de minerales

En un mundo de "cielos oscuros", según el Banco Mundial, la incertidumbre sobre el crecimiento económico futuro, las disputas comerciales, la salud de la demanda de productos básicos y los precios de los metales son temas latentes, sin embargo, los resultados para la exploración en 2018 son en general considerados como positivos.

El estudio número 29 del S&P Global Market Intelligence "Estrategias de Exploración Corporativa" menciona que el presupuesto de exploración global para metales no ferrosos aumentó de US$ 8.5 billones en 2017 a aproximadamente US$ 10.1 billones en 2018. Este fue el segundo año consecutivo de crecimiento, luego de cuatro años de declinación en la exploración de esos metales.

La industria minera cerró el año 2017 con una calificación elevada, ya que los precios de los metales tuvieron una tendencia al alza, los niveles de actividad de exploración se ubicaron en niveles máximos después de varios años y la capitalización de mercado de la compañía se recuperó de la crisis de finales de 2015. Estos indicadores positivos elevaron el índice de "Pipeline Activity Index" o PAl, a 88 en el trimestre de diciembre de 2017, que es su nivel más alto desde mediados de 2013.

Si bien esta tendencia continuó a principios de 2018, a medida que los precios de los metales continuaban aumentando, el sector de exploración experimentó cierta debilidad hacia mediados de año. En ese tiempo, el financiamiento declinó y el Índice de Precios de Exploración disminuyó por lo que muchos metales no mostraron ganancias en el primer semestre del año, aunque, ambos indicadores se mantuvieron por encima de los niveles observados en 2015 y 2016. A pesar de la aparición de signos adversos, las compañías continuaron reportando resultados de la exploración. Al cierre de 2018 se registró un retorno alcista en la exploración para la mayoría de los metales, aunque los límites de mercado continuaron con una tendencia a la baja. El PAI terminó el año en poco menos de 862.

En 2019, la incertidumbre se centra en la sostenibilidad del crecimiento económico de las dos economías más grandes del mundo, EE.UU. y China. Por lo tanto, se espera que persista la volatilidad en la exploración, pero con una tendencia generalmente ascendente, ya que los precios relativamente altos para la mayoría de los metales fomentarían una mayor actividad exploratoria. Se espera que el presupuesto de exploración global se incremente nuevamente en 2019, aunque probablemente se restrinja sólo a la etapa avanzada, debido a que la industria continúa adversa al riesgo.

Habrá algunos vientos en contra. Se espera que las fusiones y adquisiciones aumenten en porcentajes de dos dígitos. Sin embargo, la consolidación dará como resultado presupuestos totales inferiores, ya que las compañías fusionadas generalmente tienen presupuestos más bajos que aquellos anteriores de las compañías fusionadas.

Las tensiones políticas globales continúan frenando la inversión en el sector, y la industria no alcanza nuevos grandes descubrimientos, y algunos metales, como el cobre, podrían experimentar déficits cada vez mayores, sin contar una inversión importante adicional en la exploración de ese metal en el futuro.

Se percibe que la industria no solo debe seguir invirtiendo en exploración, sino que las tendencias relevantes que persisten, como el poco interés histórico en la exploración básica (grass-roots) en relación a los ingresos de la minería, tendrán que dar un giro de 180°para abordar efectivamente la declinación en el descubrimiento de nuevos proyectos.

Continuará