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Viernes 21 de junio de 2019

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Perspectiva Minera

Fiebre mundial del litio y en el país�tranquilos

21 jun 2019

Anuncian programas por mayor, pero a largo plazo

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No es cuestión de informes del tiempo reciente para tratar de explicar un fenómeno preocupante con el caso del litio, que por su naturaleza es el metal más liviano del mundo, geológicamente establecido, pero al mismo tiempo en el transcurso de muy poco tiempo se convierte en el más "pesado" por su condición estratégica y el más requerido en un primer tiempo del lanzamiento de baterías de ion litio para la industria renovada automovilística, sin combustibles fósiles y con energía eléctrica.

Aparte del "calentamiento global" generado por el uso de combustibles fósiles que producen efectos cada vez más nocivos para la salud como los males que genera el dióxido de carbono, la gran industria automotriz optó desde hace tiempo por la energía eléctrica con el uso de baterías de litio como la mejor alternativa para sustituir definitivamente otros combustibles.

El hecho es que por marcar una fecha de la más próxima con relación al inicio práctico de la industria de coches eléctricos, se recuerda el 2003 cuando el industrial Elon Musk dio el salto a la fabricación de los autos eléctricos de la marca Tesla Inc., y paralelamente la producción de baterías de litio en su planta de Reno en Nevada, con lo que comenzó el uso de las baterías de ion litio, el boom de la época.

El hecho es que por marcar una fecha de la más próxima con relación al inicio práctico de la industria de coches eléctricos, se recuerda el 2003 cuando el industrial Elon Musk dio el salto a la fabricación de los autos eléctricos de la marca Tesla Inc., y paralelamente la producción de baterías de litio en su planta de Reno en Nevada, con lo que comenzó el uso de las baterías de ion litio, el boom de la época.

Cuando en el país debemos hacer retrospección en el tema, es sencillo recuperar datos entre los años 2006, poco más adelante entre el 2009 al 2012 en que se mencionaba también la necesidad de "impulsar" la instalación de plantas de producción en el salar de Uyuni, en la proyección de entrar en el gigante negocio de la industria del litio y especialmente en la producción de baterías de litio.

Es importante señalar que el Servicio Geológico Estadounidense (USGS) informó el 2016 que Bolivia, Argentina y Chile concentraban el 85% de las reservas mundiales de litio. Se enfatizó que Bolivia tiene una reserva de 56.9 millones de toneladas de este mineral, considerando que es la mayor del mundo, aunque en ese tiempo faltaba una certificación internacional para ratificar el potencial de ese mineral.

Por el análisis de entendidos en la materia, se mencionaba una posición relativamente "bien encaminada" en el entendido de proyectar un desarrollo soberano sobre un recurso altamente estratégico. La información de dos gestiones atrás hacía énfasis en la importancia de ejercer control sobre este elemento natural (el litio) que será clave para el futuro de la economía nacional, por lo tanto debería considerarse como política de Estado.

14 plantas industriales

La fiebre del litio, la necesidad de industrias externas por tener seguridad en el abasto de este mineral ha desatado una verdadera competencia entre las grandes industrias automotrices, se trata realmente de una fiebre de alta temperatura que sin embargo no tiene la misma intensidad en nuestro propio país, aunque hay expertos que señalan otra figura de elevado tono cuando el viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, confirma que catorce (14) plantas principales estarán habilitadas para industrializar el litio en los salares de Potosí y Oruro, 20 industrias de insumos y 7 de subproductos, total 41 estructuras para aprovechar el mercado que tiene Bolivia en países de Europa y Asia.

El toque complementario en el proyecto nacional, reproduce el informe del Primer Mandatario al confirmar que "para las 14 plantas están garantizados entre Bolivia, China y Alemania la suma de 4.400 millones de dólares" y que con esas factorías concluidas se estiman ingresos anuales (de retorno) por un valor de 5.000 millones de dólares.

Como el anuncio sonaba rimbombante, el vice ministro se encargó de bajar la temperatura de su anunció inicial, aclarando que se trata de un "Plan Nacional Maestro, Desarrollo de la Cadena Ampliada de industrialización de los Recursos Evaporíticos entre el 2019 al 2030". Por lo expuesto el plan se extenderá una década, más allá de la Agenda del Bicentenario, y "comprenderá el desarrollo estratégico de la producción de todos los productos que contienen las salmueras de los salares bolivianos".

Algo que llama la atención es que la información oficial sobre el importante tema surge en el Ministerio de Energías, confirmando la implementación de 14 plantas principales en los salares de Uyuni y Pastos Grandes en Potosí y el de Coipasa en Oruro. Se asegura que de las 14 plantas en proyecto, ya está en funcionamiento desde octubre del 2018 la primera que es la Planta de Cloruro de Potasio, anticipándose que para fines del presente año o principios del próximo (2020) estará en funcionamiento la Planta Industrial de Carbonato de litio.

Tomando en cuenta la relación de hechos, para los analistas y algunos especializados en materia de litio, surge una duda sobre el futuro desarrollo de los proyectos, considerando que los mismos dependerán de un ministerio como el de energía que ya tiene bastantes responsabilidades y que sumando las que se anticipan en el proyecto global del litio, posiblemente se encuentren algunas dificultades que podrían ser despejadas, si se da el ordenamiento que corresponde a la cartera de Minería y Metalurgia que debería estar a cargo del macro proyecto del litio, como se suponía al entender que además la Comibol que debería ser parte determinante en la política minera nacional, tiene que ver con minería y no con energía.

Un desafío inevitable

Con los avances que se anuncian, algunos que se concretarán en menos tiempo que otros, pero que de manera general apuntan a la industrialización del litio, se responderá al desafió de la competencia para satisfacer la exigente demanda de gobiernos y empresas que ya están inmersos en la producción del nuevo automóvil eléctrico, la industria del presente que está entrando a una fase del desarrollo industrial en el que nadie querrá postergar sus intereses.

El desafío del litio significa para Bolivia extremar recursos en orden general, desde las inversiones, nacionales o extranjeras y de alto nivel, pasando luego por la necesidad de implementar moderna tecnología y aprovechar al máximo la potencialidad de nuestras reservas de litio para ser parte de la transformación mundial automotriz, produciendo los insumos de mayor demanda, como el caso de las baterías de ion litio, que al presente ya son producidas en Australia y se menciona que Argentina y Chile también estarán en la competencia de darle "valor agregado" al litio de sus reservorios.

Hasta el presente se ha mencionado importantes inversiones provenientes del presupuesto estatal, se han considerado también algunas alternativas de sociedades como la que ya se logró con una empresa alemana, de la que sin embargo se cuestionó su experiencia y respaldo tecnológico justamente para cubrir esas debilidades en el proyecto boliviano. No se sabe mucho de los resultados finales, considerando que por "cuerda separada" se recurriría a tecnología y financiamiento chino, para implementar una de las futuras plantas productoras de carbonato de litio, el principal insumo para fabricar baterías. No pasó desapercibida la oferta de la India que por su parte garantiza un amplio mercado para baterías de litio y además propone a Bolivia, utilizar su materia prima para la fabricación masiva de las baterías en su territorio.

El asunto no es tan sencillo "como soplar botellas plásticas", apunta uno de los más experimentados estudiosos del negocio del litio, puntualizando que se observa con mucha claridad las actividades de la competencia y las medidas que disponen para avanzar rápidamente en la carrera industrial, claro está que en cierto nivel estratégico, empresas de Chile y Argentina han concretado pactos de inversión conjunta y hasta transferencia de tecnología, algo que no sucede en nuestro medio, donde se manejan "reservadamente" algunos avances de producción industrial, excepto el caso de la producción y exportación de algunas cantidades de cloruro de potasio. Por las condiciones expuestas y otras muchas, se establece que industrializar el litio es un proceso de muchas contingencias y bastante responsabilidad tecnológica, con el complemento ineludible de millonaria inversión.

Medios - Agencias

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