El peligro de las redes sociales

Tanta desinformación ha sido creada, generada y difundida por las redes sociales (RR.SS) en el último tiempo, que los receptores de esos mensajes distorsionados en una mayoría, ofensivos otros muchos, en realidad fuera de contexto y evidencia la mayor parte de los mismos, ha generado una reacción de rechazo, repudio y repulsión entre gente que observa lo que envían desaprensivos operadores de estas RR.SS, generalmente con fines políticos, pero muy dañinos a la moral, el prestigio y seguridad de personas y familias.

Lo malo del asunto es que el daño que se infiere con algunos mensajes, no tiene reparación, no hay culpables, lo que se dice o muestra circula sin ningún control y sin posibilidades de frenarlos, mientras no se arrepienta el emisor de falacias y calumnias. Es un caso específico de conciencia, pero tan difícil de asumirla, como a la inversa resulta fácil lanzar diatribas en contra de quién sea.

La compleja situación por sus negativas connotaciones ocupa la atención de las instituciones más fuertes en la defensa de la moral y los derechos ciudadanos, el caso de la Iglesia Católica, cuya jerarquía se ha pronunciado en torno a este caso, mostrando lo peligroso que resulta dar mal uso a las RR.SS. para promover mentiras y crear incertidumbre social en un amplio medio colectivo que está a merced de los simples aparatos celulares, sin otra defensa que no sea la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo.

El intercambio de mensajes sobrepasa los límites de racionalidad, cuando se emiten groseros mensajes entre militantes y dirigentes del oficialismo contra los opositores o la inversa en acciones de asumir una defensa contestataria que por la amplitud del sistema no cubre la intención esclarecedora de algunos hechos, por lo mismo el mal uso de las RR.SS. es un hecho malsano y delincuencial, sin posibilidades de acusar y sancionar a los culpables.

La Iglesia Católica exhortó en la celebración de las misas a nivel nacional a toda la población y de manera especial a los dirigentes y militantes partidarios para que "hagan un buen uso de las redes sociales, con mensajes sanos, libres de odio y mentiras, respetando la dignidad de las personas". Es posible que ese llamado hubiese tocado la conciencia de cierta gente que hace mal uso de un sistema de comunicación masiva que lamentablemente está fuera del control institucional cívico y jurídico.

Es importante que las personas reconozcan y tomen en cuenta que están expuestas y sin ninguna defensa a la desinformación y distorsión creciente de ciertos hechos con fines de alterar las relaciones interpersonales, alentando el descrédito de quienes aparecen ocasional o frecuentemente como enemigos en la sucia guerra política.

Se espera que algunas tareas de concienciación entre los políticos tengan respuestas positivas, de modo que desde las más altas autoridades a las de medio rango o de inferiores responsabilidades, se pueda generar un cambio de actitud en el manejo de las RR.SS. tomando en cuenta, que en esta alocada competencia, nadie está libre de ofensas gratuitas y peor aún de tener el derecho de defender su dignidad.

Un refrán dice: "No hagas a nadie lo que no quisieras que hagan contigo", y ese parece el mensaje más realista para quienes manejan indiscriminadamente las RR.SS. sin control, sin respeto y más bien con una alta dosis de odio y hasta discriminación y racismo, justo lo que pregonan no hacer y hacen con inusitada frecuencia los militantes políticos en campaña.

Fuente: LA PATRIA