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Domingo 16 de junio de 2019

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Cultural El Duende

Los árboles lo saben

16 jun 2019

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� No hay luna cuando aparece el Hombre de Barro. La noche se ha puesto un par de finos guantes de piel; ha tendido sobre la tierra una sábana oscura: un ardid, un disfraz, un hechizo para que bajo su manto todo caiga en un dulce sueño.

� No mires. Te lo ruego, aparta la mirada mientras rompe la superficie, mientras sube desde el foso, se yergue sobre la orilla mojada y oscura, levanta los brazos y respira profundamente: recuerda qué es respirar, amar, desear.

Â? Quiero volver a ver su rostro. Tocarlo. Su rostro adorable y familiar, tallado, como todos los rostros, por las manos eficientes de la historia, que habla de la influencia de sus antecesores y de un pasado del que poco sabe.

� Una de las bendiciones más sencillas de la vida era, sin duda, conocer a alguien tan bien que bastaba una mirada fugaz para identificarlo incluso al otro lado de un patio a oscuras.

� Más tarde se preguntaría si todo habría sido diferente de haber ido un poco más despacio. Si, quizás, podría haber evitado ese suceso horrible de haber sido más cuidadosa. Pero no lo fue, y no lo evitó.

� Y le habló a ella. Un poema tras otro. Sobre lo conocido y lo ignorado, la verdad y el sufrimiento, el amor y el deseo. Ella cerró los ojos, y con cada palabra sintió que las tinieblas desaparecían.

� Los árboles del bosque profundo y oscuro se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios de papel de plata gastada. El viento artero, serpenteando por sus copas, susurra que pronto dará comienzo. Los árboles lo saben. Son antiguos y ya han visto de todo.

Kate Morton. Novelista australiana (1976)

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