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Domingo 16 de junio de 2019

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Revista Dominical

Comprensión, Cooperación, Superación: La trilogía "sarachista" desde 1941

16 jun 2019

Por: Edson López Aquino

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Junio marca el mes "rojinegro" en todo el país. Uno de los colegios más prestigiosos y más tradicionales cumple un aniversario más; forjador de varias generaciones, dignos ciudadanos y eficientes profesionales. Cada 16 de junio se conmemora la fundación del Colegio Nacional "Juan Misael Saracho".

UN DIFÍCIL NACIMIENTO

EN 1941

Vemos un poco la realidad educativa de Oruro, al iniciar los años 40 del siglo pasado. Hasta antes de 1941, el Colegio "Simón Bolívar" era el único colegio secundario para varones en el área pública. Este colegio centenario pasaba por un momento caótico. El crecimiento de la población orureña había hecho que el espacio del "Bolívar" no sea suficiente para albergar a los jóvenes que debían cursar los últimos años de formación.

Misael Pacheco Loma; meritorio maestro sarachista; menciona que en 1939, el periódico "Noticias" ya había detectado estas anomalías y había puesto "su grito al cielo". Ya que pasaban los años y el espacio del colegio centenario estaba al borde de la congestión.

Precisamente, el periódico "Noticias" criticaba que "se mantuviera un solo establecimiento con tan considerable número de alumnos, escasos muebles y estrechez de local y que se derrocharan fondos en el envío de equipos de fútbol al exterior, en la conservación de costosos servicios automovilísticos, etcétera".

Precisamente, el periódico "Noticias" criticaba que "se mantuviera un solo establecimiento con tan considerable número de alumnos, escasos muebles y estrechez de local y que se derrocharan fondos en el envío de equipos de fútbol al exterior, en la conservación de costosos servicios automovilísticos, etcétera".

Tras un par de años de arduo trabajo y papeleo, por fin el 16 de junio de 1941, a las 10 de la mañana, en el salón de actos públicos de la Jefatura del Distrito Escolar, se llevó a cabo el acto de solemne inauguración oficial del nuevo Colegio Secundario, que llevaría el nombre de "Juan Misael Saracho Campero".

En la inauguración, los diferentes representantes pusieron en alto la personalidad del tarijeño Saracho, calificándolo como "El auténtico organizador de la educación nacional, cuyo cerebro de diamante de ponderados quilates y múltiples facetas, alumbró a Bolivia de tremenda oscuridad, respecto de la Marcha que se debía imprimir en la nación" (Donato Torres, Vicepresidente del Consejo de Educación).

Sin embargo, las nubes lluviosas estuvieron presentes en el cielo del "Saracho", ya que en su nacimiento solo contó con tres cursos (1º a 3º curso secundario). Pasada la gestión, por varios trabajos de sus autoridades se logró obtener el 4º curso y en 1943 el 5º curso. Sería una gran obra de los propios estudiantes sarachistas que lograrían en ese año se confiera el 5º curso mencionando que ningún estudiante formado en el flamante colegio aceptaría irse al colegio Bolívar. Si las autoridades no conferían el último curso, los jóvenes dejarían de estudiar.

Los estudiantes exigieron la creación de 5º y 6º curso y, además, los profesores aceptaron trabajar gratuitamente para facilitar la creación de estos dos nuevos cursos. Finalmente, en 1944, el Consejo de Educación acepta los pedidos teniendo todos los cursos de secundaria.

DANIEL SÁNCHEZ JIM?NEZ, EL PRIMER DIRECTOR CON GRAN VISI?N INSTITUCIONAL

Si a alguien se debe el gran progreso del Colegio Saracho desde su inicio, es a la figura de don Daniel Sánchez Jiménez, un maestro de amplia trayectoria en la ciudad de Oruro, creador de varias unidades educativas y siendo honrado como el primer director del naciente establecimiento.

Potosino de origen, sus estudios los realizó en su ciudad natal, graduándose del tradicional colegio "Pichincha". Su vocación de educador, lo llevaría a estudiar en la Normal de La Paz donde obtuvo su título de maestro.

Oruro, empezó a tener la gracia de contar entre sus mentores a Don Daniel, primero, como maestro del colegio Bolívar donde dictaba la materia de física. Fundó los colegios de la zona de "Agua de Castilla", el nocturno "Casimiro Olañeta" así como el anexo nocturno del "Saracho".

Vicente González Aramayo Zuleta, quien conoció al maestro, menciona que Sánchez Jiménez era de estatura baja, cuerpo de complexión regular, ojos verdes de mirar vivaz y actitud enérgica. Todo él irradiaba fuerte energía.

Así también Misael Pacheco, da cuenta de que Don Daniel, de baja estatura y joven maestro, en sus primeros trabajos, lo confundían con los alumnos y no faltaba algún muchacho endiablado que le decía "¿Para qué curso es?". Pero ni esas bromas chuscas opacan la gran personalidad del primer director.

A la cabeza de Sánchez Jiménez, rápidamente el colegio Saracho tuvo un gran progreso en su primer año de fundación. Contó con un gran plantel docente que secundaba la laboriosa tarea de poner al colegio en lo más alto. Así como conseguir mobiliario y material didáctico para los estudiantes y sobre todo la visión a largo plazo de convertir al Colegio en una gran institución. A él se debe el cambio de domicilio de la nueva unidad, de la calle Velasco Galvarro y Junín (primer ambiente del Saracho) al céntrico ambiente de la Caro y 6 de Octubre.

De los primeros profesores, podemos mencionar a Marina Zuleta profesora de matemáticas; María Aníbarro, de Historia y Geografía; Rodolfo Irahola, de Física y Química; Oscar Carvajal, de Ciencias Naturales; Leoncio Mier, de Castellano; Julio Pérez, de Francés; Walter Zaconeta, de Inglés, Eduardo Leclere, de Educación Física; Julio Quintanilla, de Dibujo; Severo Durán, de Música; y, Francisco Zapata, Secretario y Regente.

LA TRILOGÍA QUE GUÍA LA VIDA DE LOS SARACHISTAS

Esta gran trilogía se debe también al gran Daniel Sánchez Jiménez, quien en un discurso en 1941 planteó que esas palabras serían la guía eterna de aquellos que portaran el rojo y el negro.

Comprensión: Es la palabra simbólica del sentimiento de tolerancia y respeto a la opinión ajena. "Comprensión" necesitan los jóvenes para no obstruir sus vínculos de compañerismo, "comprensión" deben proclamar siempre los jóvenes para un mejor entendimiento de las aspiraciones altruistas de sus maestros. "Comprensión debe ser un anhelo constante que presida las relaciones y vínculos dentro y fuera del aula, porque la comprensión es ya un paso firme a la unión y concordia nacional.

Cooperación: Allí dónde la hay, muere el egoísmo y se eclipsa los egoísmos. Desde el inicio, los sarachistas aspiran a unirse en forma de que todos sirvan a uno y uno sirva a todos. Labor cooperativa desempeñan los muchachos, para cooperar mañana como ciudadanos de la Nación, para mantener el orden y la paz dentro de sus fronteras.

Superación: La palabra que completa la trilogía, como símbolo imperecedero del ideal de perfeccionamiento constante que debe convivir, día a día, año a año con la juventud que se educa. Si no hay una suprema aspiración, la existencia es vana y todo esfuerzo y sacrificio resultarán más abrumadores porque no llevan el incentivo de la meta feliz y victoriosa.

Así pues el primer Director, en 1941, dio los parámetros por los cuales los jóvenes "rojinegros" enmarcarían su actuar. Una trilogía que nace desde las aulas para el mundo entero.

ETERNAMENTE?SARACHO

Pues desde aquel frío junio de 1941, han pasado 78 años de gran trayectoria educacional, con sus luces y sombras, con sus aciertos y errores, pero sin duda con un gran espíritu enmarcado en la gran trilogía sarachista.

Desde aquel primer plantel docente hasta el actual, los maestros y maestras del Colegio Saracho han logrado formar generaciones de excelentes orureños, eficientes profesionales que; en el interior y exterior; dan fe verdadera de los que es ser sarachista y, además, orureño.

Desde 1941 ha flameado incansable la bandera del "rojo y el negro", como símbolo perenne de la victoria del bien sobre el mal en aquella banda roja que se antepone a la negra. Desde los inicios se ha entonado el Himno al Colegio, composición marcial del maestro Severo Durán Terrazas y posteriormente se adjunta a este civismo "Mi Canto al Colegio" escrito por Leoncio Mier, hoy popularizado como "La voz del Saracho".

Primero en la Velasco Galvarro y Junín, luego en la Caro y 6 de Octubre y actualmente en la Pagador y Montesinos, las aulas del Saracho han respondido siempre a las necesidades locales, no solo con grandes bachilleres, sino con visión altruista en el campo pedagógico.

Sin olvidar la vida doméstica del colegio, con sus tradicionales fogatas bailables, bautizos, actividades deportivas con grandes premios, actividades artísticas y culturales, la formación de la Banda de Música y los Rompefilas que impactaron en la retina de la orureñidad. El civismo en los desfiles y actos públicos, sus excursiones y la caravana de camiones que retornaban a la ciudad y llamaban a concentrarse propios y extraños para cantar las melodías del Colegio. Grandes eventos que dan testimonio de que el Colegio Saracho está en la sangre de la orureñidad, sangre roja, por supuesto.

Finalmente, no se debe olvidar la musa que el Saracho fue para grandes artistas, de donde emana poesías, prosas, cuentos, huayños, taquiraris, tangos entre otros, y aquella gran inspiración de los primeros años de fundación, "Viva el Saracho" en ritmo de cueca, en letra de Luis Carranza y música de Severo Durán que dice:

"Uno solo es mi cielo ¡ay!

y dos son sus colores

el rojo de la aurora

y el negro del ocaso

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Si la flor del Saracho ¡ay!

quisieras tú también ser

viste rojo con negro

si eres morena mejor

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(Quimba)

En la lid y el trabajo

seamos siempre el más fuerte

que nuestro emblema es el rojo

rojo ¡Viva el Saracho!"

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